Bruselas considerará «verde» la nuclear al producir hidrógeno bajo en carbono
ECONOMÍA
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Serán «renovables» las energías fósiles que emitan un 70 % menos de emisiones que el gas natural
13 feb 2023 . Actualizado a las 18:52 h.La Comisión Europea ha puesto este lunes la última piedra para el despliegue masivo de hidrógeno verde en la próxima década. La Unión Europea (UE) tiene intención de producir diez millones de toneladas de carburantes renovables para el 2030, cubriendo así el 14 % del consumo total de electricidad en el bloque, y este combustible tendrá un rol crucial para descarbonizar el transporte, tanto marítimo como aéreo y el terrestre pesado.
El caso es que para conseguir un despliegue rápido y eficaz, los inversores venían reclamando a la UE unas reglas de juego claras. Criterios y condiciones para regular su producción, para que las empresas puedan contar con la certidumbre suficiente como para apostar por el hidrógeno. Bruselas ha puesto hoy el último ladrillo que necesitaban.
Este lunes ha aprobado dos Actos Delegados (normas incluidas en a Directiva sobre fuentes de energía renovables) en los que fija en qué condiciones el hidrógeno, los combustibles basados en hidrógeno u otros vectores energéticos pueden considerarse carburantes verdes.
La primera de ellas es que la fuente de generación debe ser renovable. Los electrolizadores -instalaciones que donde se consigue aislar el hidrógeno (H2) aplicando electricidad a un tanque de agua-, deberán recibir el suministro eléctrico de un parque eólico, fotovoltaico o una planta hidroeléctrica. Pero, ¿podría una central nuclear producir hidrógeno «renovable»?
La Comisión Europea es ambigua al respecto. Explica que las normas propuestas se encuadran en el marco de la Directiva de Energías Renovables, «bajo la cual, la nuclear no está en el listado de fuentes de energía renovables». Puntualiza, eso sí, que su uso sí se recoge en el paquete legislativo para la descarbonización del hidrógeno y el gas, que aún se está negociando. Y es ahí donde la Comisión ha creado una etiqueta nueva para dejar entrar la nuclear por la puerta de atrás: hidrógeno bajo en carbono. Este es el que se produce con fuentes no renovables pero consigue reducir un 70 % las emisiones del gas natural. En otras palabras: la nuclear no es renovable, pero podrá generar hidrógeno verde -hasta ahora se le llamaba hidrógeno rosa- si el mix energético que se utilice para conseguir ese combustible alcanza el umbral de descontaminación y si su uso viene acompañado de un volumen de contratos de compra de renovables equiparable.
El eurodiputado socialista gallego Nicolás Casares, miembro de la Comisión de Industria, Investigación y Energías, cree que este vericueto abre la puerta a la nuclear, como reclamaba Francia, un país con una potente industria atómica. No solo en producción energética, también en tecnología. «Creo que es un error. Una concesión excesiva a Francia», denuncia.
El director técnico de la Asociación Gallega del Hidrógeno (AGH2), Luis Miguel Varela, recuerda que Francia exigió explícitamente la inclusión de la nuclear como prerrequisito para apoyar el despliegue del hidroducto H2Med, un corredor que unirá la península ibérica con Francia y Alemania. «Están muy implicados en el desarrollo de reactores de nueva fisión, que generan residuos de muy corta vida y no se sobrecalientan», explica.
Otros países como Alemania también se han manifestado en contra de incluir la nuclear, aunque genere bajas emisiones.
La patronal europea Hydrogen Europe se ha mostrado aliviada porque ya pueden tener certidumbre para arrancar sus planes, pero consideran que «las normas inevitablemente encarecerán los proyectos de hidrógeno verde y limitarán su potencial de expansión, reduciendo los efectos positivos de las economías de escala y afectando la capacidad de Europa para lograr sus objetivos», aseguró su director general, Jorgo Chatzimarkakis.
Más requisitos
Otro de los requisitos que se exigirán es que los electrolizadores estén conectados directamente a la fuente de energía que habrá de alimentar el proceso de electrólisis de forma que se pueda garantizar el origen limpio del hidrógeno. Además, solo se podrá producir este combustible cuando haya suficiente energía renovable disponible, por lo que el desarrollo de acumuladores será crucial.
Además, los productores podrán ajustar mes a mes su producción a las energías renovables que tengan contratadas hasta el 1 de enero del 2030, aunque los países podrán introducir normas más duras a partir del 1 de julio del 2027.
Las normas se introducirán de forma gradual para los proyectos operativos antes del 1 de enero del 2028.
Consejo y Parlamento Europeo tienen dos meses para aceptar o rechazar la propuesta, plazo que se podrá prorrogar otros dos meses si lo solicitan de forma expresa.