El alquiler se come el 60 % del sueldo de los jóvenes gallegos que se independizan

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

ALBERTO LÓPEZ

La edad de emancipación supera los 30 años por primera vez en la historia

23 feb 2024 . Actualizado a las 19:47 h.

Los jóvenes lo tienen cada vez más complicado para irse de casa de sus padres. La edad media de quienes se independizaron en el 2022 escaló hasta los 30,3 años, superando por primera vez la barrera de la treintena, de acuerdo al Observatorio de Emancipación publicado ayer por el Consejo de la Juventud de España (CJE), coincidiendo con la celebración, este sábado, del Día Internacional de la Juventud.

El estudio revela que solo un 15,9 % de los españoles de menos de 35 años han tomado la decisión de formar su propio hogar, dos décimas más que en el caso gallego pero menos de la mitad que en el conjunto de la UE, done la tasa de emancipación roza el 32 %. La estadística muestra un claro efecto de la pandemia, pues en el 2019, antes del covid, la tasa de emancipación era casi tres puntos superior en España, del 18,7 %.

Aunque influyen otros factores, dos son las grandes barreras con las que chocan los jóvenes para independizarse. La primera es la precariedad laboral y los escasos ingresos. Aunque la reforma laboral y la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) han aliviado un poco la situación, no han sido la panacea. De hecho, según el informe, el alza del SMI hizo que el sueldo medio de los jóvenes repuntase un 4,58 % el año pasado, hasta rozar los 13.080 euros netos anuales (unos 1.090 mensuales). Pero como los precios subieron más que sus nóminas, el poder adquisitivo del colectivo se redujo un 1,9 %. Si se amplía el foco, la situación es todavía peor, ya que desde el 2008, coincidiendo con el estallido de la burbuja inmobiliaria y la gran crisis financiera, su capacidad de compra cayó un 20,8 %.

El segundo obstáculo, y donde más se nota que los sueldos rinden cada vez menos, es en el mercado de la vivienda, cuyos elevados precios, tanto en venta como en alquiler, han complicado sobremanera la tarea de emanciparse. Según los datos del Consejo de la Juventud, los jóvenes españoles que se buscan su propio techo tienen que destinar casi un 84 % de su salario solo a pagar el alquiler. En Galicia, el porcentaje del sueldo que se va en la renta del piso es algo inferior, del 60,5 %, pero unido a los gastos propios de la vivienda, como los suministros de luz, gas y agua, se lleva dos terceras partes de la nómina de los jóvenes.

Eso, en lo que respecta al alquiler, porque lo de comprar piso se ha convertido casi en una quimera. Para poder pagar la entrada de una vivienda, un gallego menor de 35 años «debería tener ahorrado un importe equivalente a 2,9 años de salario», según indica el informe en su apartado referido a Galicia. Es decir, debería trabajar casi tres años y no gastar nada en todo este tiempo para reunir el dinero necesario para poder plantearse comprar una vivienda, lo que hace que cada vez más jóvenes retrasen la salida de casa de sus padres, para hacer algo de colchón.

Los estudios ya no son garantía

Un escenario que, según los autores del estudio, desmonta «uno de los mitos que las personas jóvenes llevan décadas oyendo: que una mayor formación y un trabajo duro se traducirían en una mayor estabilidad económica». Así, aunque la tasa de emancipación es siete puntos superior a la media en los jóvenes con estudios superiores, estos se encuentran con un grave problema de sobrecualificación: casi un 43 % de los menores de 30 años con título universitario tienen un trabajo que requiere una formación más baja de la que poseen.