Venta de activos, orden contable y reparto de poder para relanzar EiDF

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El consejero delegado compartirá sus funciones ejecutivas con un comité

19 ago 2023 . Actualizado a las 11:33 h.

EiDF Solar, la empresa gallega especializada en el diseño y montaje de instalaciones de autoconsumo fotovoltaico para industrias, negocio que luego amplió a la comercialización y generación de energía eléctrica, está inmersa en un plan de ajuste y de modernización de su operativa interna para afrontar una nueva etapa de crecimiento, dentro ya de unas estrictas normas contables y de funcionamiento interno. Esa especie de reinvención se produce después de que, el 14 de abril, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ordenase la suspensión de la cotización del grupo gallego en el mercado BME Growth, el reservado a las pequeñas y medianas empresas. El motivo, no formular ni presentar las cuentas del 2022 auditadas en el plazo que tienen para ello las empresas cotizadas: finales de marzo para formularlas y un mes después para hacerlas públicas. Detrás de ese retraso se escondía la negativa de la auditora de EiDF, PwC, a firmar los resultados elaborados por la empresa al encontrar «incidencias relevantes» en algunos aspectos contables. Para desatascar la situación, el grupo gallego contrató a Deloitte para analizar esas incidencias. El trabajo de ambas auditoras ha dado sus frutos y las ansiadas cuentas, reformuladas y firmadas por PwC, aunque con salvedades, fueron publicadas oficialmente el jueves. EiDF perdió el año pasado 2,7 millones de euros, frente al beneficio de 1,1 millones del 2021, aunque generó una cifra de negocio de casi 300 millones de euros, cuando en el ejercicio precedente fue de 46 millones.

Además de cambiar el modo de contabilizar algunas variables como los contratos y de regularizar la relación con sus socios de negocio, EiDF tiene la encomienda de dar un vuelco a su estructura. Fundamentalmente, la cúpula que maneja los hilos de la compañía. Y es que Fernando Romero, fundador de la empresa y principal accionista, con el 76 % del capital, concentra casi todo el poder. Pero el grupo ha emprendido el camino para repartir juego y también las funciones ejecutivas. Lo hace por recomendación de Deloitte. Fuentes de EiDF destacaron, sin embargo, que no está previsto un cambio de consejero delegado. De momento. En una de las cinco comunicaciones remitidas el jueves a la CNMV, el propio Romero aclara que «se implementará una nueva estructura de la toma de decisiones mediante la definición de un comité ejecutivo dentro del consejo de administración con poderes mancomunados con su presidente».

Los puestos de alta dirección que sí cambiarán serán los de director financiero y de operaciones, cuyo proceso de selección ya se ha puesto en marcha, según la empresa. También está prevista una renovación del consejo de administración.

El plan de ajuste —de viabilidad lo califica el auditor y de acción lo define la compañía— ha incluido también el traspaso de activos. Para ello, hace unos días anunció dos operaciones de venta de activos y contratos de suministro de energía a largo plazo que le permitirán ingresar casi 33,5 millones de euros con los que seguir saneando sus cuentas. Ese plan incluye también la entrada de financiación para activos en construcción, la emisión de pagarés una vez se levante la suspensión de cotización y el apoyo financiero del principal accionista, según consta en las cuentas oficiales.

Otra medida ha sido el traslado de la sede social a Madrid para facilitar la operatividad de la compañía, con activos repartidos por toda España, resaltaron fuentes de la empresa. Abandona así el concello pontevedrés de Barro, aunque las mismas fuentes destacaron que la decisión no afectará a la planta gallega ni tampoco al empleo. La plantilla media de la compañía durante el año pasado rondó los 200 trabajadores.

Primero, volver al BME Growth; después, saltar al mercado continuo

Que la CNMV levante la suspensión para así volver a cotizar en el BME Growth. Es el principal objetivo ahora de EiDF. Ese y culminar el proceso de remodelación de la compañía. Después podría llegar la siguiente meta: dar el salto al mercado continuo, a la Bolsa con mayúsculas. Era uno de los grandes deseos de Fernando Romero. Lo sigue siendo, pero tendrá que esperar a que se reconduzca la situación.

Justamente para preparar el salto a ese mercado de empresas de mayor porte, EiDF contrató a la consultora KPMG, que está trabajando para profesionalizar el modus operandi de la compañía gallega. De hecho, las cuentas auditadas del 2022 son las primeras que presenta la empresas ajustadas a la normativa internacional más exigente que se les pide a las cotizadas en el continuo.

EiDF empezó a cotizar en el BME en el verano de hace dos años. Durante el 2022, el valor de sus acciones pasó de 4,8375 euros por título a inicio de año a un precio a la fecha de cierre del ejercicio de 28, lo que supuso una revalorización anual del 479 %. De hecho, cuando fue suspendida en abril el grupo cotizaba a 29,76 euros, lo que le daba una capitalización de más de 1.721 millones de euros, siendo uno de los valores con más valor del BME Growth.

El 86 % del capital de la empresa está en manos de tres socios; Romero gestiona el 72,16 % a través de Prosol.

La compañía destacó que el año pasado logró un resultado de explotación agregado de 33,76 millones de euros, un 1.237 % por encima de los 2,53 millones proforma del 2021. Además, obtuvo un ebitda agregado ajustado de casi 43 millones, frente a los 4,9 del 2021. Por áreas, el de autoconsumo y generación registró un incremento del 548 %, mientras que el de comercialización, del 975 %.