«Not today»: la candidatura de Calviño para presidir el BEI tendrá que esperar

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La vicepresidenta del Gobierno enfría las esperanzas de salir airosa de la gran cita económica en Santiago: «No podemos dar nada por sentado»

16 sep 2023 . Actualizado a las 12:34 h.

El escenario no podía ser más propicio para la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño. Medio centenar de ministros de Economía y gobernadores de instituciones financieras de Europa y América Latina, todos reunidos en Santiago, «mi tierra», como reivindicó esta mañana la gallega a su llegada a la Cidade da Cultura, ejerciendo su papel de anfitriona —España ostenta la presidencia rotatoria de la UE hasta final de año—, y recibiendo elogios por la organización y la elección del lugar, blindado por un dispositivo de 1.250 agentes. 

«Es un placer estar aquí, en el majestuoso Santiago», reconoció el comisario de Economía, Paolo Gentiloni. Una alabanza que compartió el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, quien calificó de «maravilloso» el evento. También quedó impresionada la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde. Tras acometer la décima subida de tipos de interés consecutiva, se despertó este viernes extasiada por las apabullantes vistas de la catedral: «Gracias a Nadia y a todo su equipo por este increíble recibimiento y la hospitalidad. Es una ciudad fantástica».

Ya centrada en materia económica, Lagarde aseguró que ninguno de los ministros que integran el Eurogrupo cuestionó la última subida de tipos de la entidad: «He explicado las razones por las que tomamos esa decisión ayer y yo creo que las explicaciones han sido muy bien entendidas por los ministros», aseguró. Preguntada sobre la posibilidad de que los mercados hayan concluido que podría haber recortes de los tipos de interés en los próximos meses, Lagarde reiteró que el BCE «ni ha decidido, ni discutido, ni siquiera se ha pronunciado» sobre este tema.

Aunque la capital gallega es una ciudad de contrastes, no es habitual que desfilen peregrinos, estudiantes, vecinos de toda la vida y ministros y altos cargos mundiales por sus calles. Hasta el buen tiempo acompañó a la gallega. 

A pesar de contar con todo el viento a favor, esta mañana Calviño acudió a la reunión del Eurogrupo —ministros de Economía y Finanzas del euro— con un discurso muy prudente en torno a las opciones que tiene su candidatura para presidir el Banco Europeo de Inversiones (BEI), el brazo prestamista de la UE. «Dado el calibre de los competidores no podemos dar nada por sentado», manifestó. Y es que enfrente tiene a una poderosa rival: la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager. La danesa también ha acudido a Santiago para sondear sus opciones en la carrera por el BEI. 

En los márgenes de la cita económica, el ministro belga que ostenta la presidencia rotatoria del BEI, Vincent van Peteghem, se encargará de avanzar en el proceso de elección: «Todos los candidatos tienen la posibilidad de hablar y tener sus propias consultas y reuniones», explicó, antes de enfriar la posibilidad de tener un nombre este mismo viernes: «No queremos forzar el proceso para llegar a un candidato de consenso». También lo hizo la ministra holandesa, Sigrid Kaag: «Not today» («Hoy no»). 

Calviño rechazó involucrarse en esas negociaciones paralelas, tras el telón: «Puede que la presencia de algunos candidatos lleve a conversaciones, pero como presidencia española no abordaré esta cuestión aquí. No me parecería adecuado», aseguró. 

Para poder ser elegida, necesitaría el respaldo de 18 países que concentren el 68 % del accionariado del BEI, en el que participan en función del tamaño de sus economías. Y eso significa que deberá asegurar el voto de cancillerías como la alemana o la francesa. Una tarea difícil.

Los ministros de Economía y Finanzas de ambos países rechazan manifestar su apoyo explícito a un candidato, aunque el francés Le Maire reconoció que Calviño «tiene todas las habilidades necesarias» para comandar el organismo. No obstante, al ser interpelado sobre las condiciones que impondrá su país, rehusó hacer mención a la continuidad de los fondos para la industria nuclear, en la que son líderes. Igual de críptico se mostró el alemán Christian Lindner: «Hay varios candidatos bien cualificados, incluida nuestra anfitriona hoy, Nadia Calviño».

El único ministro que no tuvo reparos en mostrar sus cartas fue el portugués Fernando Medina. El ministro luso manifestó abiertamente su respaldo a Nadia Calviño: «Apoyamos desde el primer minuto a Calviño. Es excelente y ha apoyado a Portugal en diversas circunstancias. Tiene todas las cualidades para ser muy buena presidenta del BEI. Conoce muy bien el país, siendo oriunda de Galicia y merece nuestro apoyo con convicción y entusiasmo». 

La española ya contaba con ello. Como explicó en declaraciones al inicio del evento, ambos Ejecutivos están alineados en política europea. «No puedo más que agradecer el apoyo decidido del Gobierno portugués a mi candidatura», deslizó. 

La jornada se completó con la reunión de los ministros de Economía europeos con sus homólogos de países Latinoamericanos. Sobre la mesa ya hay perfilados nueve grandes proyectos en esa región que serán regados con 45.000 millones de euros desde Europa, que aumentará un 20 % su inversión media en esa zona del planeta, veinte veces la de China.  

La UE teme las represalias chinas por investigar sus subvenciones a coches eléctricos 

La jornada de este viernes se alargó por la tarde con la reunión entre ministros de la UE y de países Latinoamericanos, quienes cerraron los últimos flecos de nueve grandes proyectos en esa región, a los que Europa destinará 45.000 millones de euros en los próximos años, aumentado un 20 % la inversión media en esa zona del planeta, veinte veces la de China.

El país asiático también se coló en las discusiones de los ministros, preocupados por las posibles represalias de Pekín tras saber que Bruselas investigará las subvenciones a sus vehículos eléctricos. «No hay razones específicas para represalias», trató de apaciguar Gentiloni.

El francés Le Maire defendió una decisión que calificó de «justa». «Necesitamos tener una buena relación con China, pero debe basarse en reglas justas e igualdad de condiciones», esgrimió, antes de recordar que la UE no tiene nada en contra del país asiático, pero «las empresas europeas tienen derecho a proteger sus intereses».

Disciplina fiscal

En vista de los resultados, lo que se antoja más complicado es llegar a un acuerdo antes de final de año sobre las nuevas reglas de disciplina fiscal. Berlín insiste en las viejas recetas de recortar el gasto a toda costa para reconducir la deuda y el déficit, sin atender a las particularidades de cada país, pero Le Maire aterrizó en Santiago con otra idea: «Francia está totalmente comprometida con unas finanzas saneadas, pero en ese equilibrio debe haber incentivos», deslizó. España, Portugal e Italia también claman por un mayor margen de inversión.

Apoyo a la décima subida de tipos, que marcan el fin de ciclo del BCE  

Al margen de las quinielas del BEI, el gran foco de debate en Santiago fue la decisión reciente del Banco Central Europeo (BCE) de subir los tipos de interés hasta el 4,5 %, a pesar de sus paupérrimas previsiones de crecimiento para este año en la eurozona (0,7 % en el 2023 y 1 % en el 2024). El propio director gerente del fondo de rescate europeo (MEDE), Pierre Gramegna, reconoció que en el mercado «está aumentando el riesgo de recesión», un escenario que ya se por hecho en Alemania.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, negó que hubiera voces críticas entre los ministros, ante una política monetaria tan restrictiva que ha hundido a mínimos históricos la demanda de préstamos entre las empresas y está cercenando la actividad de la industria y los servicios. «No he recibido ninguna crítica por la decisión que tomamos el jueves», trató de zanjar.

Las propias actas del organismo reflejan que algunos gobernadores han subrayado la necesidad de suavizar las subidas para evitar daños mayores en las economías.

La francesa, que instó a los países a reducir el déficit, la deuda y a «gastar el dinero de manera correcta» para no quitar efectividad a sus medidas, evitó revelar si todavía está prevista alguna subida más de tipos o si, por el contrario, los bajarán en el horizonte cercano, como esperan miles de hipotecados en España. Eso sí, hizo hincapié en que, más importante que el «nivel» en el que se encuentren los tipos, los más importante será el «tiempo» que permanezcan en den esas cifras para conseguir domar la inflación con éxito. Existe la impresión de que el décimo ascenso marca el final de ciclo del BCE, como señaló la propia Calviño: «Confirma probablemente el final del rápido ascenso de los tipos de interés de los últimos 12 meses». Y ahí se quedarán por mucho tiempo.

El comisario Gentiloni, salió en defensa de Lagarde, manifestando su apoyo a la decisión del eurobanco, aunque matizó: «Eso no significa recortar la inversión en crecimiento».

Otra de las cuestiones que le incomodaron fue la referencia a las críticas que recibió por parte de miembros del Parlamento Europeo por haber elegido como presidenta del Consejo de Supervisión (vigila a los bancos) a la alemana Claudia Buch, en lugar de la preferida de la Eurocámara, la española Margarita Delgado, cuya exclusión, paradójicamente, la ha dado alas a la candidatura de Calviño, quien podría haber atado el voto de Alemania. Lagarde defendió la transparencia de su elección, pidió no dramatizar y alabó la «elegancia y deportividad» de Delgado.