«Si vas a tirar una central de carbón, antes tienes que generar otro símbolo de prosperidad»

Mila Méndez Otero
mila méndez A CORUÑA / LA VOZ

ECONOMÍA

Mila Méndez

Nachatter Singh Kaur es uno de los autores del estudio internacional en el que se analizan los efectos de la descarbonización en 13 regiones, presentado ayer en la UDC

21 feb 2024 . Actualizado a las 14:08 h.

«No hay una política clara para estas regiones donde la descarbonización ya está en marcha», reconoce el investigador de la Universidade da Coruña (UDC) de origen indio Nachatter Singh Kaur. En estos cuatro años trabajó para el proyecto Entrances, financiado por la Comisión Europea y que desde el campus de Elviña coordinó un estudió internacional de una docena de países sobre los efectos que los procesos de reindustrialización ejercen en 13 regiones comunitarias. Una de ellas, As Pontes, donde en octubre se apagó la caldera de su central térmica tras 47 años de historia. Con Meirama, ambas impedían a España cumplir con el protocolo de Kioto, pero con sus cierres se abrió el abismo para muchos trabajadores. Ayer presentaron sus conclusiones.

—¿Por qué no es optimista?

—Antes, en la India, cuando pinchabas una rueda, ponías parches. Aquí igual, no hay una visión clara, un plan de cómo vemos este territorio en veinte años. Caen el PIB, el nivel de la vida, la población, que ya está por debajo de los 10.000 habitantes... pero solo hay parches. De aquí a diez años, As Pontes será un pueblo de 3.000 vecinos, como antes de la central.

—¿Eso puede pasar?

—Es un proceso que ya está en marcha.

—Además de un diagnóstico, presentan un conjunto de recomendaciones políticas. ¿Cuáles son sus propuestas?

—Lo que sucede en As Pontes, como en otras minas de Europa que todavía están abiertas, en Alemania, Rumanía o Eslovenia, es que hay mucha dependencia de una industria. Eso no es bueno para ningún territorio. Es un fracaso para la política si no puedes diversificar bien la industria. La gente quiere vivir en As Pontes, nunca se quejó por la chimenea, por la polución del carbón, porque era el símbolo de su riqueza. Cuando se llega a la decisión de cerrar la central, si vas a tirar la chimenea, tienes que generar antes otro símbolo de la prosperidad, y esto no se está haciendo.

—¿El hidrógeno verde puede ser este otro símbolo? El objetivo es construir allí una planta.

—Hay mucho ruido con la planta de hidrógeno, es una muy buena inversión si se hace, pero la incertidumbre está generando muchos problemas psicológicos. Los que viven allí están indecisos, no saben qué será de ellos.

—Además de reindustrializar, ¿qué más se puede hacer?

—Planes de formación y programas de bienestar social para grupos vulnerables o medidas de igualdad de género para implicar a las mujeres en los trabajos del sector energético y reducir la brecha. También tiene que cambiar la centralización de poderes. España casi siempre es Madrid, Madrid y Barcelona. Hay cosas que solo se pueden saber teniendo un contacto con el territorio, la política no solo puede venir de arriba. Hay, además, problemas graves de infraestructuras. En Galicia, una autonomía tan grande, no tenemos ningún aeropuerto internacional. Sí un puerto grande en Ferrol, pero vivimos en una economía global y digital. Si quiero ir de A Coruña a Lisboa tengo que pasar por Madrid, la centralización está matando a muchos territorios que siguen en la periferia. Son un foster child, como si no fueran un hijo propio, y esto afecta a su futuro. ¿Quién va a poner una industria en una zona a la que no puedes volar en un día?

—Hay un concepto que destacan, la desterritorialización. ¿Hay riesgo de una desconexión?

—Lo que veo en As Pontes es una pérdida de relación entre humanos y territorio. El apego a un lugar está muy condicionado por nuestra dependencia de él. Uno de los problemas de este territorio era su monoindustrialización. Mucha gente dependía de la central, vino incluso de otras partes de España por la mina y ya van por la segunda o tercera generación instaladas aquí. Cuando la cierras, pierdes el empleo, y sin empleo es muy difícil vivir en cualquier parte del mundo. Aquí no había otra fuente de trabajo. Si se acaba ese empleo, tienes que ir a buscarlo a otro sitio.

—¿Cómo puede ayudar el turismo?

—No me gusta devorar la memoria. El proceso de descarbonización está aquí avanzado. En el 2007 paró la extracción de lignito, ese shock casi se ha borrado. Han construido un lago, pero esto fue un pueblo minero, hay que recordárselo a las generaciones que vengan. El lago es como un elefante blanco, no está atrayendo turismo, y si no hay turismo, no hay trabajo.