El BCE alienta la fusión de Sabadell y BBVA pese a la oposición del Gobierno

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo BCE

Economía insiste en que la impedirá si afecta a los clientes o al sistema

11 may 2024 . Actualizado a las 09:45 h.

La guerra que ha desatado el anuncio de opa hostil lanzada el jueves por BBVA sobre Banco Sabadell se va a librar en campos de batalla más allá de los consejos de administración de las entidades en liza. El motivo no es otro que las autorizaciones que el banco vasco necesita para completar la operación, en el caso de que los accionistas del catalán le den el «sí, quiero» a su oferta y logre sumar un mínimo del 50,01 % del capital. Porque pese a superar esa fase —ya de por sí complicada, dada la atomización de la propiedad de la entidad catalana— a la polémica opa hostil le quedarán todavía etapas que completar, y una de ellas pasa por la bendición —en forma de «no oposición»— del Banco Central Europeo (BCE).

La institución que dirige Chistine Lagarde, pese a que no se pronuncia oficialmente, ve con buenos ojos la operación, según dijo el presidente de BBVA, Carlos Torres, ya que el BCE lleva años alentando una concentración bancaria que alumbre entidades potentes, a ser posible, transnacionales, extremo este que todavía no se ha dado. La nueva entidad, de fusionarse BBVA y Sabadell, sería la décima mayor de Europa.

Quien sí se ha opuesto desde el minuto cero, tras conocerse la operación, ha sido el Gobierno. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, confirmó este viernes que ya había trasladado la opinión desfavorable del Ejecutivo a todos los actores involucrados, incluyendo al BCE, el resto de supervisores y reguladores, así como a Torres. Cuerpo explicó que «es nuestra obligación» hacerlo, recordando los argumentos ya esgrimidos la víspera para justificar su rechazo a la operación, principalmente los riesgos que implicaría la excesiva concentración bancaria y su efecto negativo en la competencia, los clientes y la exclusión financiera, de forma especial en el entorno rural.

Estabilidad financiera

El titular de Economía no olvidó tampoco referirse al impacto que tendría la absorción del Sabadell en términos de estabilidad financiera o de transmisión de política monetaria —algo sobre lo que advirtió el gobernador del Banco de España hace unos días—. «Esto puede parecer muy abstracto, pero estamos hablando del incremento de la remuneración de los depósitos, por ejemplo», explicó Cuerpo, apelando al bolsillo de los ciudadanos.

El cierre de oficinas o el ajuste de personal son otros aspectos que también preocupan al Gobierno (y a los sindicatos, que ayer manifestaron de nuevo su oposición por el posible impacto en el empleo). Tanto, que insistió en que rechazará la fusión incluso aunque la bendigan los supervisores. Desde Economía insisten en que, aunque el BBVA consiga adquirir los títulos de su competidor catalán, suya es la última palabra para dar luz verde a la posterior integración entre ambas entidades.

En torno a un año de trámites

Y lo cierto es que aunque, en virtud de la ley de ordenación bancaria, es al Ejecutivo al que le compete autorizar la fusión por absorción, no puede hacer nada en lo que respecta a la opa presentada, cuya tramitación ya está en marcha y que —como recoge el gráfico que acompaña a la información— se prolongará alrededor de un año.

Tras el anuncio del jueves, BBVA dispone ahora de un mes para presentar el folleto de la operación y la documentación completa a la CNMV, que una vez reciba esa documentación deberá decidir en el plazo de 5 días si lo admite o no a trámite. De hacerlo, tendrá 20 días (prorrogables, lo que hace que el calendario sea aproximado) para analizar y autorizar la oferta.

El siguiente paso es que, en un margen máximo de diez días, el consejo de administración de Sabadell deberá emitir su opinión, de carácter no vinculante.

Los supervisores de los mercados españoles y británicos (CNMV y FCB, por el TSB, la filial británica de Sabadell), así como la autoridad de Competencia (CNMC), tendrán que revisar la operación y evaluar su impacto antes de darle luz verde.

Los siguientes pasos serán convocar una junta para que los accionistas de BBVA aprueben la ampliación de capital con la que ejecutar la opa, para que después el BCE emita su «no oposición» a la operación, que el banco vasco deberá notificar previamente al Banco de España. Seguidamente podría celebrarse una junta extraordinaria del Banco Sabadell, aunque no es imprescindible, ya que la aceptación de la oferta de BBVA pueden realizarla los inversores individualmente.

El banco que lidera Torres estima que toda la tramitación anterior se realice entre seis y ocho meses. Más corto será el plazo de aceptación de la opa: entre un mínimo de 15 días y un máximo de 70.

De no alcanzar el 50,01 % del capital, la operación decaerá. Pero, de lograrlo, aún deberá sortear un último escollo que, a la luz de las declaraciones públicas del Ejecutivo, no será menor. Y es que el Gobierno dispondrá de un plazo de seis meses para autorizar la fusión de los dos bancos.

Precisamente la Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec) defendió este viernes el derecho de las empresas a lanzar opas, subrayando que el Gobierno no podía en ningún caso vetarlas.

El presidente de BBVA se mostró confiado en que el Ejecutivo finalmente comprenda que la oferta para hacerse con el Sabadell beneficiará a todos los actores y al conjunto del país. Recordó que Competencia tiene que tomar decisiones en la primera etapa de la operación, y el BCE en el plano regulatorio, y «luego sí confiamos en que Economía haga lo mismo».

Aunque el BCE no vaya a ser un obstáculo, el vicepresidente del supervisor, Luis de Guindos, que este jueves participó en un acto en Madrid, optó por la prudencia y recordó que Fráncfort tendrá que analizar si la integración tendrá efectos sobre la estabilidad del sistema financiero español. «El BCE tiene que autorizarla y lo hace siempre basado en el principio de solvencia y en el principio prudencial. Nosotros lo que buscamos es la estabilidad del sistema financiero en la zona euro y España es un país importante», dijo.

La CNMV estudiará la denuncia del banco catalán contra el vasco por vulnerar la ley

Banco Sabadell ha sacado la artillería pesada para tratar de entorpecer la opa hostil lanzada por BBVA, a la que el consejo de administración del banco catalán se opuso frontalmente el lunes. Así, en otro movimiento tan insólito como la presentación de la propia opa, Sabadell denunció ante la CNMV en la noche del jueves —vía hecho relevante— que el banco de Carlos Torres podría estar vulnerando la normativa con la información facilitada a analistas e inversores para explicar su oferta, ya que asegura que esta es «incompleta» y podría afectar al mercado.

El supervisor de las cotizadas confirmó ayer que estudiará la denuncia de Sabadell. La misma, sin embargo, no paralizará la tramitación de la opa, aunque permita ganar tiempo e información a la entidad que lidera Josep Oliu.

Accionistas «interesados»

Y es que la queja registrada ante la CNMV radica en que Torres afirmó durante la presentación de la opa que BBVA contaba ya con las muestras de interés de algunos accionistas «relevantes», que habían contactado con el banco para manifestarles su apoyo a la operación. Todo apunta a que, dada la atomización del accionariado de la entidad, los interesados en la opa podrían ser fondos, que concentran el 52 % del capital en participaciones inferiores al 4 %, mientras que los inversores minoritarios suman el 48 % restante.

Fuentes jurídicas consultadas señalan que esto constituye una información que debería constar en el anuncio de la oferta que BBVA remitió a la CNMV y que puede condicionar al mercado en lo relativo a la operación.

Sabadell está aprovechando el plazo del que dispone (un mes) antes de que BBVA presente el folleto de la opa, ya que a partir de ese momento su margen de maniobra desaparecerá, como establece la ley de opas, de cuya vulneración ahora alerta.

Calma en el parqué

Por otra parte, el parqué parece que recobra paulatinamente la calma tras los sobresaltos de estas dos últimas semanas y, después de que el jueves castigara a los títulos de BBVA y volviera a aupar a los de Sabadell, este viernes ambos valores cerraron en verde.

En concreto, las acciones del banco vasco repuntaron un 1,15 %, hasta cerrar en los 9,71 euros, mientras que las de la entidad con sede en Alicante se anotaron un avance más discreto, del 0,73 %, hasta 1,87 euros.