La inflación se reduce dos décimas pero la subyacente se resiste y se mantiene en el 3 %

Sara Cabrero
S. Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Imagen de archivo de una gasolinera en la provincia de Lugo
Imagen de archivo de una gasolinera en la provincia de Lugo ALBERTO LÓPEZ

El IPC cierra junio en el 3,4 % por el descenso del precio de los carburantes y la menor subida registrada por los alimentos

28 jun 2024 . Actualizado a las 18:12 h.

El objetivo de enfriar la inflación hasta situarla en el 2 % sigue siendo tarea complicada para las economías del Viejo Continente. También para la española, que lleva desde marzo sin ser capaz de dejar atrás la barrera del 3 %. Y en junio, suma y sigue. Porque tal y como revela el dato del índice de precios de consumo (IPC) publicado ayer por el INE, la inflación cerró el sexto mes del año asentada en el 3,4 %. Es una pequeña mejora si se compara con la cifra de mayo, cuando se situó en el 3,6 %, alcanzando el máximo anual; pero todavía queda lejos de ese objetivo del 2 % que constituye el mandato del Banco Central Europeo (BCE).

La tasa de junio también está bastante por encima de la más baja que se había logrado este 2024: en febrero el IPC se había logrado reducir al 2,8 %. Y eso, a pesar de que en enero se habían retirado parte de las medidas de apoyo que llevaban dos años en marcha para intentar combatir el impacto del encarecimiento de la vida en las familias españolas.

Tal y como explica el INE, hay dos elementos que han ayudado a enfriar un poco el índice este mes con respecto a los registros de mayo. En primer lugar, la bajada de los precios de los carburantes ha permitido a los hogares vivir con más holgura. En segundo, están los alimentos. Aunque en este caso la alegría es parcial. Porque no es que el precio de llenar la despensa se haya desacelerado o bajado; la realidad es que sube en menor medida que en junio del año 2023, por lo que la comparativa anual permite reducir algo el IPC general.

La otra cara de la moneda la protagonizan el ocio y la cultura, cuyos precios están disparados y suben mucho más que en junio del año pasado.

Desde que arrancó este 2024, uno de los indicadores que tenía a los consumidores más acostumbrados a venir acompañado de buenas noticias era la inflación subyacente. Pero ahora, con medio año ya consumido, no parece acabar de enfriarse del todo. Esta tasa resulta de gran ayuda para conocer cómo está siendo realmente el comportamiento de los precios, ya que permite analizarlos dentro de una cesta de la compra estable en la que se excluyen los costes energéticos y los alimentos no elaborados al ser los más volátiles.

Tras tocar su máximo en febrero del 2023 (hasta situarse en el 7,6 %) y permanecer varios meses incluso por encima de la tasa general, la subyacente comenzó poco a poco a perder fuelle hasta lograr su mínimo en abril, cuando se quedó en un 2,9 %, convirtiéndose incluso en la cifra más baja de los últimos dos años.

Pero poco duró la alegría. Solo un mes después, en mayo, volvía a repuntar al 3 %, un número en el que parece haberse quedado estabilizada ya que en junio se mantiene en el mismo nivel.

Habrá que ver el mes que viene qué efectos tienen en la cesta de la compra las últimas medidas adoptadas por el Gobierno, entre las que destaca la supresión del IVA del aceite.