Inditex enfila otra vez máximos en plena ofensiva de Bruselas contra los gigantes chinos
ECONOMÍA

Los analistas tienen puestos los ojos en los resultados de la multinacional, que se conocerán el próximo 12 de marzo
07 feb 2025 . Actualizado a las 19:35 h.Precios bajísimos —de derribo, se podría decir—, lanzamiento de nuevos diseños de productos casi a la velocidad de la luz —varios cientos cada semana— y una extraordinaria habilidad para seguir —por no decir plagiar— las tendencias. Son tres de los ingredientes del arrollador éxito — 70 millones de usuarios europeos, 16 millones en España—, que han cosechado en Europa las plataformas chinas low cost. Los reyes del todo a 100 online, como Temu, Shein o Aliexpress.
Un modelo de negocio al que Bruselas está decidida a poner coto. Y no solo por la competencia bajo sospecha de desleal que suponen para las empresas comunitarias, sino también porque quiere cerciorarse de que no introducen en territorio comunitario mercancías potencialmente peligrosas para los consumidores y para el medio ambiente. «Cada vez son más los productos nocivos que entran en la UE», rezaba el comunicado emitido estos días por la Comisión Europea.
Nada que ver con el modelo de negocio de los gigantes europeos del textil, a los que, en algunos casos, y entre otras cosas, el consumo de moda ultrarrápida y ultrabarata les está pasando una elevada factura. Como Benetton, inmersa en una crisis que va a saldarse con centenares de despidos, la reorganización de sus fábricas y el cierre de 500 tiendas en todo el mundo.
Muchos de esos grandes grupos europeos, como Inditex, están invirtiendo grandes cantidades de dinero en sostenibilidad y entrando en firmas ligadas a la circularidad. La Unión Europea las obligará el año que viene a gestionar sus residuos textiles. Nada que ver tampoco con la política ambiental del gigante amarillo.
Para ir abriendo boca, Bruselas ha puesto sobre la mesa esta semana la necesidad de acelerar el paso en la entrada en vigor de la normativa que podría fin a la exención fiscal de la que disfrutan los envíos low cost (compras con un valor inferior a los 150 euros), exentos de tasas aduaneras. El año pasado llegaron a Europa unos 4.600 millones de este tipo de paquetes, procedentes en su inmensa mayoría del gigante asiático, el triple que hace solo dos años.
No es una medida que vaya a solucionar las cosas. A decir de los analistas, el tener que hacer frente al pago de tasas aduaneras apenas si impactará en los beneficios de las plataformas china. Seguirán ofreciendo precios mucho más bajos que los de cualquier otro operador europeo. Pero todo suma en esa lucha sin cuartel por el mercado. Y en algo beneficiará el adiós a las exenciones fiscales a las compañías europeas.
Mientras, Inditex refuerza su liderazgo en el sector. Cada vez más lejos de sus auténticos competidores. La multinacional gallega del textil encadena récords de beneficio y ventas trimestre tras trimestre. Cerró los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal con unos ingresos de 27.442 millones de euros y unas ganancias de 4.449 millones.
En bolsa, las acciones de la compañía que preside Marta Ortega marcaron su último récord histórico a principios de diciembre pasado: 55,98 euros. Ahora, y tras un ligero retroceso desde entonces, la cotización de de la matriz de Zara enfila de nuevo la senda de los máximos históricos. Ayer cerraron en 52,66 euros.
La próxima gran cita de analistas e inversores con la multinacional es el próximo 12 de marzo, día en el que desvelará los números correspondientes al ejercicio completo del 2024.