Las empresas armamentísticas suben con fuerza en bolsa ante el escenario de más gasto militar

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

CHRISTOPHER NEUNDORF | EFE

Donald Trump exige a los países europeos un desembolso extra anual que alcanzaría los 830.000 millones de euros

17 feb 2025 . Actualizado a las 20:15 h.

Europa prepara su rearme. El sonido de los tambores de guerra —diplomática y comercial— con Estados Unidos ha obligado a la UE a despertar de su letargo. La defensa ya no puede depender del país norteamericano, al menos mientras siga dirigido por Donald Trump. No le queda otra alternativa: tendrá que aumentar su gasto militar.

Ha sido el propio estadounidense el que ha exigido a los aliados europeos elevar las inversiones militares del 2% del PIB pactado en la OTAN al 5%. Es decir, que de cada 100 euros que genere un país, cinco se destinen a armas, infraestructuras, equipamiento y personal de Defensa. España, que solo dedica el 1,28% de su riqueza anual a esta tarea, es el país de la OTAN que menos esfuerzo hace.

El sobrecoste es brutal. Si los países europeos acatan la orden de Trump, afrontarían un gasto extra de 834.000 millones de euros al año, según estima S&P Global. Una derrama que también generaría grandes oportunidades de negocio a empresas armamentísticas europeas.

Esa es la lectura que hicieron este lunes los inversores. En las bolsas se desató la euforia por comprar acciones de conglomerados vinculados a la Defensa. Y eso, claro, se tradujo en jugosas ganancias.

Las participaciones del gigante alemán Rheinmetall —fabrica los tanques Leopard-— se dispararon un 14%, rozando los 932 euros, un 34% por encima de los 695 euros en los que abrió el pasado jueves. Esta cota es la más alta que jamás logró alcanzar la compañía.

Este no fue el único baño de ganancias en el sector. Las acciones de la española Indra subieron un 4,6%, rozando los 17,7 euros por título. La empresa reveló el año pasado que acumulaba un total de 52 proyectos respaldados por la UE y ministerios de Defensa europeos —por 164 millones de euros para la tecnológica y 80 millones más para auxiliares españolas—.

Hubo más repuntes reseñables en los parqués europeos, como los de la sueca Saab —fabrica aviones de combate— y la italiana Leonardo, que el año pasado creó una sociedad conjunta con Rheinmetall para desarrollar carros de combate modernos. Sus participaciones se revalorizan más de un 16 y un 8%, respectivamente. La francesa Safran —segundo mayor proveedor aeronáutico del mundo— también ha aprovechado la tesitura para crecer casi un 2,3% en la Bolsa de París ante la expectativa de una ola de contrataciones para integrar sus motores y sistemas de propulsión y navegación a nuevas aeronaves y misiles balísticos.

Otros grandes grupos industriales que se han disparado en bolsa han sido el alemán Thyssenkrupp, que fabrica fragatas, corbetas y submarinos. En solo un día, su valor ha crecido un 20%; un 34% en el último mes.

Más de un 15% llegó a avanzar la también alemana Renk Group, que comercializa sistemas y componentes para la industria de Defensa.

Dassault Aviation, el grupo francés con participación de Airbus que fabrica aeronaves militares y simuladores de vuelo para la armada gala, también aprovechó los vientos favorables en la industria, medrando casi un 7%. Sus acciones despidieron el lunes en los 233 euros.

El escenario con el que trabajan los inversores es que la UE acuerde un aumento sensible del gasto en Defensa, pero en capacidades made in Europe, no estadounidenses.

«Hay espacio» para aumentar inversiones y deuda, asegura el ministro Cuerpo

Este desafío no es nuevo. Durante el primer mandato de Trump, la UE hizo las mismas promesas, que se vieron reforzadas con la guerra en Ucrania. Pero no todos los países europeos se han esforzado por igual. España sigue a la cola de la OTAN, por eso resultó llamativo el mensaje que lanzó este lunes el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, a su llegada al Eurogrupo en Bruselas, asegurando que «hay espacio» para aumentar las inversiones y el endeudamiento de la UE porque el gasto en Defensa «apenas está en el 2,5 % [del PIB medio europeo], son cifras aún muy pequeñas en comparación con otros países o con otras jurisdicciones». Más si se tiene en cuenta que, al no contar con apoyos parlamentarios suficientes, el Gobierno no puede actualizar los Presupuestos para engordar esta partida de gasto.

El pasado viernes fue la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la primera en apuntar en esa dirección al proponer la exclusión del gasto militar de las reglas de disciplina fiscal y, por tanto, hacer que no compute en el cálculo del déficit: «En crisis extraordinarias previas dotamos a los Estados de margen fiscal extra activando la cláusula de escape. Les permitimos aumentar sustancialmente sus inversiones públicas ligadas a la crisis. Creo que estamos ahora en otro período de crisis que justifica un enfoque similar». Sin embargo, los ministros de Finanzas de Francia, Alemania y los Países Bajos rechazaron este lunes esa posibilidad durante la reunión con sus homólogos del Euro. 

«Es absolutamente evidente que el gasto en defensa en Europa aumentará aún más en los próximos años [...] Con estas reglas fiscales encontraremos el modo de aumentar el gasto en defensa mientras se mantiene la estabilidad económica [...] Y el debate sobre cómo lo haremos exactamente se abrirá rápidamente», dijo el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohe, según recoge Efe. Mientras España defiende el uso de instrumentos comunes, como el Banco Europeo de Inversiones (BEI) o el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), Bélgica aboga por emitir eurobonos de Defensa, algo que rechazan taxativamente los Países Bajos.