
Bruselas estudia aplicar cautelares a las plataformas de comercio digital al detectar indicios graves de incumplimiento
18 feb 2025 . Actualizado a las 18:35 h.Siete de cada diez europeos hacen compras online. El número no deja de crecer. De hecho, el año pasado entraron 12 millones de productos al día procedentes del exterior, una cifra que duplica la del 2023 y triplica la del 2022. «La gran mayoría, viene de China», reconoció este martes en la Eurocámara el director general adjunto de Justicia y Consumidores, Nils Behrndt. Lo hizo tras informar a los eurodiputados del avance en las investigaciones que Bruselas abrió a las plataformas de comercio electrónico chinas Temu y Shein.
Ambas están bajo lupa por supuestas prácticas desleales, por violar derechos del consumidor, por aplicar términos abusivos en los contratos, por la política de precios e incumplimientos de la directiva de servicios electrónicos. Una ristra de cargos que, paradójicamente, podrían acabar en nada. «Hacen falta resultados, es cierto. Nos sentimos muy frustrados», admitió el propio Behrndt esta mañana tras explicar que las pesquisas y negociaciones se extienden de media un año y medio. Dos años, para ver resultados y conseguir que estos gigantes empiecen a cumplir con las reglas.
Esos plazos, claro, nada tienen que ver con los que necesitan Temu y Shein para inundar el mercado europeo de mercancías. «Producen cantidades muy reducidas. En poco tiempo están en el mercado. Mientras nos damos cuenta del problema, damos la alerta al operador y pedimos que lo retire, este ya ha vendido todas las partidas, así que el mecanismo no tiene utilidad porque el producto ya no existe», explicó el alto funcionario de la Comisión Europea.Y lo resumió con acierto la presidenta de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor, Anna Cavazzini: «Las plataformas online son como una liebre rápida y nosotros como un elefante lento que va detrás y no la alcanza. Las leyes siempre van a la zaga. Se nos hace muy cuesta arriba».
Medidas cautelares
Durante la sesión quedó en evidencia que el sistema de protección de los consumidores no funciona. Hace aguas. En primer lugar, porque son las autoridades nacionales las que tienen la competencia para notificar infracciones a las autoridades europeas e imponer multas. Y no todas son igual de eficaces y colaborativa. «Vemos que hay productos que no cumplen las normas, que son peligrosos e inundan el mercado, perjudicando a los consumidores y a nuestras empresas», denunció la liberal austríaca Anna Stürgkh.
Las dificultades para coordinar a las autoridades aduaneras y de consumo de los 27 Estados miembro ha empujado a algunos eurodiputados a pedir a Bruselas que tome medidas de carácter cautelar: «Cuando hay indicios graves de no cumplir las normas se pueden plantear medidas cautelares para parar de golpe y porrazo las cuestiones con las que no se está cumpliendo. Si eso falta en la normativa, hay que ver fórmulas de implementarlas sin ir contra la seguridad jurídica, para dar respuesta efectiva», deslizó en su intervención el eurodiputado popular Pablo Arias Echeverría.
El problema, como bien se señaló en la audiencia, es que la Comisión Europea podría enfrentarse a sentencias desfavorables en los tribunales si reacciona suspendiendo de forma cautelar las operaciones de plataformas como Shein o Temu en la UE, por invadir competencias o por emplear medidas desproporcionadas. No obstante, por el momento es la única vía eficaz disponible para ponerles coto, por eso Behrndt anunció que en los próximos dos meses estudiarán «firmemente» las vías legales para hacerlo. Una de ellas, como señaló, consistiría en asirse al principio de precaución sobre el que está cimentado el reglamento de protección general de los productos y que autoriza a paralizar cualquier acción o política que pueda causar daños a las personas o al medio ambiente. Es el mismo al que se ha aferrado la Justicia gallega (TSXG) para frenar el despliegue de la mayoría de los 74 parques eólicos en la comunidad.
¿Se pueden prohibir Shein y Temu en la UE? Desde la dirección general de Comunicaciones, Redes, Contenidos y Tecnología, señalaron que «Estados Unidos nos demuestra que se puede hacer, pero con nuestra legislación, no». Requeriría cambios jurídicos de profundo calado.
Otra cuestión que se ha puesto sobre la mesa es el papel de los influencer en los hábitos de consumo de los europeos. La Comisión Europea está trabajando en un proyecto de ley de equidad digital para introducir cambios en su rol y limitar el impacto negativo que pueden tener sobre los consumidores. «Estamos viendo si algunas técnicas para modificar la intención de compra en productos son válidas.Tanto en el mundo digital como en el analógico hay productos que no son seguros», explicó Behrndt.