
iRobot declara pérdidas por valor de 133 millones de euros en el 2024
13 mar 2025 . Actualizado a las 18:32 h.iRobot, la matriz de los archiconocidos robots aspiradores Roomba, está hecha polvo. No levanta cabeza. La compañía americana desveló ayer que al cierre del ejercicio 2024 registró unas pérdidas de 145,5 millones de dólares (unos 133 millones de euros). Y no es la primera vez que sus cuentas se tiñen de rojo, porque a pesar del mal resultado cosechado en el pasado ejercicio, el número supone reducir en un 52 % las pérdidas contabilizadas un año antes.
Y con estas cifras, iRobot admite que hay «dudas sustanciales» sobre su capacidad para continuar operando en un futuro próximo. No son buenos tiempos para la empresa de Massachusetts, que admite que el contexto actual es todo un reto para su viabilidad, con una incertidumbre creciente ante el impacto de factores como los polémicos aranceles que Trump lleva anunciando a bombo y platillo desde que aterrizó en la Casa Blanca.
Tampoco ayuda una demanda estancada y una competencia que en los últimos años se ha vuelto feroz. Y es que, a pesar de que durante los primeros meses de expansión de los robots aspiradores, Roomba era la reina del sector, el tiempo ha acabado permitiendo que se sumen al tablero de juego compañías de todo el mundo que ofrecen productos mucho más baratos que los americanos.
«Dadas estas incertidumbres y sus posibles implicaciones para la situación financiera de la compañía, existen dudas sustanciales sobre su capacidad para continuar operando como empresa durante al menos 12 meses a partir de la fecha de emisión de sus estados financieros consolidados del 2024», explicaron ayer. Mientras intentan mejorar su situación, los directivos de la empresa han modificado uno de los préstamos a plazo vigentes y actualmente mantienen conversaciones con su principal acreedor para tratar de ganar algo de tiempo.
La pregunta que muchos se hacen es qué ha llevado a iRobot —que parecía mantener una posición dominante en el mercado— a esta situación límite. Las cosas se empezaron a torcer en enero del 2024, cuando en el último minuto Amazon canceló un acuerdo para adquirir la empresa que parecía más o menos firme. El gigante del comercio electrónico expuso entonces que su decisión obedecía a sus fundadas sospechas de que los reguladores europeos se opondrían a la operación.