El presidente del grupo Sidenor compra el cien por cien de Arteixo Telecom, en As Pontes

La Voz AS PONTES / LA VOZ

ECONOMÍA

JOSE PARDO

La planta del polígono de Penapurreira facturó 13 millones de euros en el 2024 y cuenta con una plantilla de 80 trabajadores

11 abr 2025 . Actualizado a las 11:08 h.

El runrún empezó a oírse hace un par de días y ayer se confirmó. El empresario vasco José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor, ha comprado el 100 % de las acciones de Arteixo Telecom, la compañía situada en el polígono de Penapurreira, en As Pontes, según adelantó Radio Euskadi. La misma fuente señala la estrategia de diversificación del propietario de Sidenor para entrar en negocios diferentes al del acero. En la planta pontesa se fabrica electrónica industrial. Rafael Valcarce, arquitecto técnico, tomó las riendas de la empresa gallega en el 2000, con 300 empleados, pero sin carga de trabajo.

En el 2005, para salvarla del cierre, se trasladó a As Pontes, y en el 2014 entró en concurso de acreedores, por los problemas de liquidez para afrontar las deudas. En enero de este año, el propio Valcarce indicaba que estaba a punto de salir del proceso concursal. También hablaba de los planes de crecimiento. En este momento, la firma cuenta con una plantilla de 80 personas y en el 2024 facturó 13 millones de euros, cifra que esperaba incrementar hasta los 16,3 en el actual ejercicio. El presidente y principal accionista de Arteixo Telecom (poseía el 71 % del capital) apuntaba incluso la posibilidad de alcanzar los 19,5 millones, si prosperaban las negociaciones con un nuevo cliente, del que eludió dar más datos.

Entre los principales clientes de la firma pontesa destacan ADIF, Indra, Sener, Centum, Siemens o Hitachi. El trabajo que se desarrolla en las instalaciones de Penapurreira consiste en el montaje de los microchips que compra para las placas electrónicas. En el caso del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, se utilizan para controlar las comunicaciones tren-tierra de las líneas convencionales de toda España (no la alta velocidad). A Indra le suministra las placas del sistema de aterrizaje y despegue de aviones en los aeropuertos españoles, y también en los de la Antártida o el Sáhara.

En una entrevista con este periódico a mediados de enero, Valcarce adelantaba que los planes de expansión iban a traducirse en un incremento del personal. Destacaba que «a diferencia de otras plantas de electrónica industrial», en esta fábrica disponen de «ingeniería de proceso y producto». Sus profesionales, subrayaba entonces, están capacitados para mejorar las propuestas enviadas por los clientes e incluso para trabajar en su diseño.

Incidía, por otro lado, en la importancia de «no depender de un solo sector». Se dedican tanto al negocio de la defensa y aeroespacial (38 % de la facturación), como el ferroviario (29 %) o las energías renovables (19 %). Aludía a las ofertas de compra que recibía de manera periódica e insistía en que «no estaba en venta». «Estoy abierto siempre a la posibilidad de incorporar a un socio industrial, no a un fondo de inversión [...], tendría que ser una empresa del ramo», recalcaba.