
La patronal de la pequeña y mediana empresa celebra hoy sus elecciones más convulsas
20 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) celebra este martes las elecciones internas más disputadas de los últimos años para decidir quién dirigirá una organización que también suele tener un papel clave en la configuración de la CEOE, no en vano su actual presidente, Antonio Garamendi, lo fue antes de Cepyme, donde desembarcó en el 2014 para tejer las alianzas que lo catapultaron cuatro años después a la cúpula de la patronal de patronales española.
Son dos los candidatos que concurren a este proceso. De un lado, el granadino Gerardo Cuerva, dirigente cada vez más alejado de las posiciones defendidas por la CEOE y que opta a la reelección. Del otro, la abogada vallisoletana Ángela de Miguel, el perfil elegido por el propio Garamendi para dar la batalla y reforzar su control sobre la organización que representan a las pequeñas y medianas empresas.
Son 505 los vocales de la asamblea electoral que están llamados a participar en las elecciones, de los que 230 pertenecen a las 56 estructuras territoriales de Cepyme y otros 275, a las 91 organizaciones sectoriales adscritas. Las patronales territoriales de Madrid, la catalana Fomento y la valenciana son las que tienen mayor peso en la decisión final atendiendo al número de votos, con ocho cada una, aunque a ellos hay que añadir también los de cada provincia.
Galicia, las cartas marcadas
Los representantes de las organizaciones empresariales gallegas acuden a este proceso con las cartas muy marcadas, pues Juan Manuel Vieites, presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), le dio su apoyo expreso a Ángela de Miguel, la única de los dos candidatos que mantuvo un acto de campaña en la comunidad, al que acudieron los presidente de las cuatro patronales provinciales. Además, De Miguel tiene en su equipo al ourensano César Blanco, propietario de Academia Postal y otras empresas, que ya representan a la CEG en la estructura de la CEOE.
Los empresarios gallegos disponen de 20 votos en la asamblea de Cepyme: cuatro le corresponden directamente a la CEG, mientras que las federaciones provinciales tiene otros cuatro votos cada una.
Lo que deberá dilucidarse en este proceso es si Cepyme, pese a la doble adscripción que casi todos sus miembros tienen con la CEOE, actuará como una organización autónoma en la defensa de los intereses de las pymes, o si, en cambio, alineará sus posiciones con la patronal española, como defiende De Miguel.
Gerardo Cuerva, presidente de cepyme
Un admirador confeso de Ayuso y una voz crítica frente al Gobierno
Si por algo se destaca el candidato que aspira a revalidar la presidencia la presidencia de Cepyme, es por exhibir una voz muy crítica con las políticas del Gobierno, con las subidas progresivas del salario mínimo o con rebaja de la jornada laboral, por entender que contribuyen a ahogar cada vez más a la pequeña empresa. Gerardo Cuerva (Granada, 1971) es un admirador confeso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso, que lo presentó recientemente en un desayuno informativo, que ha intentado marcar perfil propio al frente de la organización que dirige, sin plegarse a los intereses de su hermana mayor, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), en la que está integrada Cepyme.
Esa autonomía a la hora de opinar y actuar no siempre ha sido plato de buen gusto para el Ejecutivo de Pedro Sánchez ni tampoco para Antonio Garamendi, el presidente de la CEOE, quien el pasado enero intentó resolver sus diferencias con Cuerva invitándolo a facilitar el relevo en Cepyme a cambio de un puesto de relevancia internacional en la estructura de la patronal española. Cuerva rechazó la invitación, denunciando injerencias de todo tipo para apartarlo, desatando el proceso electoral de alto voltaje que se resuelve hoy.
Gerardo Cuerva es ingeniero industrial y consejero delegado de Grupo Cuerva, un conjunto de empresas que desarrollan actividades del sector energético desde 1939, abarcando distintas áreas de generación, distribución y comercialización de energía eléctrica o de conservación de las infraestructuras. Su padre, Gerardo Cuerva Vallet, fue presidente del Granada Club de Fútbol en 1991 y de la Confederación Granadina de Empresarios desde 1987 hasta su fallecimiento en el 2001.
El también vicepresidente de la CEOE accedió de manera interina a la presidencia de Cepyme en el 2019, cuando Garamendi se vio obligado a dejar el cargo para asumir el liderazgo de la patronal de patronales en sustitución de Juan Rosell. En el 2021, Cuerva fue refrendado en el cargo —su candidatura fue la única— por la asamblea que representa a las pequeñas y medianas empresas. Durante su mandato, las posiciones críticas que mantuvo en cuestiones vinculadas al diálogo social lo alejaron cada ve más de Garamendi, y fueron esas discrepancias lo que le llevaron a elegir no el camino fácil, sino «el pedregoso», como él mismo lo definió al optar a la reelección sin el apoyo del presidente de la CEOE.
Ángela de Miguel, presidenta de CEOE-Cepyme de Valladolid
La baza de Garamedi para atar más en corto a la patronal de las pymes
Lo primero que comparte Ángela de Miguel Sanz (Valladolid, 1971) con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, es que ambos son producto de la Facultad de Derecho de la Universidad de Deusto, donde se licenciaron. En el caso de la presidenta de la Confederación Vallisoletana de Empresarios, y también de Cepyme en dicha provincia, la carrera la condujo a fundar junto a varios socios el bufete Abogados Negotia, un despacho especializado en asesoramiento legal a empresas. Además, ejerce como profesora en el área internacional del MBA de la Universidad CEU San Pablo.
El acercamiento de Ángela de Miguel a las estructuras empresariales se produjo a partir del 2011, cuando se convirtió en presidenta de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Valladolid, puesto que ocupó hasta el 2013. Un año más tarde escaló a la presidencia de la patronal CEOE-Cepyme en la provincia, cargo que ocupa hoy en día, y en virtud del cual también el vicepresidente y portavoz presidenta de la organización empresarial en Castilla y León.
La posición que mantuvo siempre frente a las reformas del Gobierno, como la subida progresiva del salario mínimo o la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanas impulsada por el ministerio de Yolanda Díaz, fue mucho más modulada que la de Gerardo Cuerva. En su caso, apostó por sacar adelante estas reformas no mediante decretos ni imposiciones, sino a través de la negociación colectiva, lo que, a su juicio, daría un protagonismo más adecuado a la representación empresarial, teniendo en cuenta la heterogeneidad y el tamaño de los sectores y las empresas concernidas en cada comunidad autónoma.
Esta postura está más alineada con la de Garamendi que la crítica más beligerante con el Gobierno de la que hace gala el presidente saliente de Cepyme. Y eso probablemente tenga mucho que ver en que su perfil fuera el escogido por el presidente de la patronal española para dar la batalla frente a Cuerva cuando este se negó a hacerse a un lado como le había pedido.
Nunca oculta el ser la candidata promovida por Garamendi. Al contrario, agradece el apoyo que le brinda, haciendo valer también el que tiene en la mayoría de las federaciones. Y en las semanas que lleva de campaña interna, tampoco ha evitado el cuerpo a cuerpo con su contrincante, pues en cada entrevista que concede le reserva un reproche más velado o directo, al acusarlo abiertamente de no haber hecho «nada útil por Cepyme» desde que está en el cargo.