El PP pedirá a Bruselas datos sobre la teoría de que el apagón fue por un «experimento» del Gobierno

C. Alba MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Alberto Paredes | EUROPAPRESS

«The Telegraph» publicaba estos días un artículo en el que aseguraba que el suceso fue «un experimento controlado que salió mal»

25 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La crisis por el inédito apagón que asoló la Península Ibérica el pasado 28 de abril parece lejos de cerrarse. El Gobierno, Red Eléctrica —controlada por el Estado con el 20 % del capital— y energéticas siguen enzarzados en un cruce de declaraciones por el relato de lo sucedido no solo aquella mañana, en la que se detectaron variaciones «extremas y generalizadas» de tensión en la red, sino también en las oscilaciones de los días previos, donde las compañías piden que se centre la investigación en curso y que el Ejecutivo estimó que podría durar entre tres y seis meses.

La ministra del ramo, Sara Aagesen —que preside esa comisión de investigación— hizo esta semana cierto guiño al sector al abrir la puerta a analizar lo que sucedió esos días previos. Pero en una intervención en el Senado volvió a dejar claro el mensaje del Gobierno: no hubo un problema de inercia, por lo que tuvo que ser de producción. Aagesen también defendió esta teoría en el Congreso, cuando avanzó que el caos eléctrico comenzó en subestaciones de las provincias de Granada, Badajoz y Sevilla. «Buscar un momento y un lugar específico es una distorsión de la realidad; las empresas hemos constatado las oscilaciones anómalas que se comunicaron a Red Eléctrica, y eso son hechos, no se pueden negar», apuntan fuentes del sector.

Infraestructura ajena

El sector pone el foco en la infraestructura ajena a sus activos, insistiendo en que la inestabilidad en la tensión previa al apagón pudo medirse y ser notificada a Red Eléctrica. La empresa dirigida por Beatriz Corredor asegura que «es constatable» que antes del incidente no había oscilaciones, devolviendo el golpe a un posible problema de producción como detonante del apagón, al igual que el Gobierno. En la guerra por la búsqueda de culpables, las energéticas también señalan que el caos generado coincidió con cifras máximas de explotación fotovoltaica «de las que en esos días presumía el Gobierno». «No sabemos cuál fue el origen, pero algunas plantas nos comunicaron que empezaron a sufrir perturbaciones que estuvieron a punto de hacer saltar las protecciones», defiende José Donoso, director de la Unión Española Fotovoltaica. «No es que de golpe se cayeran 15 gigavatios. Hay unos algoritmos que detectan el problema y responden y funcionan. Pero es que todo lo que estaba conectado —fotovoltaica, nuclear, gas...— en aquel momento se desconectó», explicaba.

Teorías y argumentos

El cruce de argumentos ha provocado un sinfín de teorías entre las que se ha manejado incluso un ciberataque a Red Eléctrica que recientemente ha sido descartado. Y aunque la investigación será larga, fuentes consultadas apuntan a que si el Ejecutivo ha llegado a poder concretar las tres provincias donde supuestamente se originó el apagón, sabe ya o está «muy cerca» de conocer cuáles fueron las centrales exactas donde se disparó la producción.

No obstante, reconocen que será difícil conocer con claridad los desencadenantes del suceso, lo que ha reactivado algunas teorías que podrían poner en serios apuros al Ejecutivo de Pedro Sánchez en caso de confirmarse.

Este mismo viernes, The Telegraph publicaba un artículo en el que, citando fuentes de Bruselas, asegura que el apagón fue «un experimento controlado que salió mal». Es decir, las autoridades españolas se encontraban evaluando hasta qué punto se podría aumentar la dependencia de las renovables, con la vista puesta en el cierre de las nucleares a partir del 2027, cuando todo se descontroló. La tesis del diario compara lo ocurrido con el caso de Chernóbil en 1986, acusando de «negligencia» al Gobierno y a Red Eléctrica.

La reacción de Moncloa ha sido inmediata. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, calificó este sábado de «bulo» la información, advirtiendo de que la misma proviene de «un grupo de interés empresarial conocido por difundir mentiras». El problema para el Ejecutivo es que la publicación ya ha levantado polvareda en Bruselas. «De confirmarse, significaría la puntilla no solo para la dirección de Redeia, sino del propio Gobierno», apunta Raúl de la Hoz, europarlamentario del PP miembro de la Comisión de Industria, Investigación y Energía.

De la Hoz confirma que «dado lo extraordinariamente alarmante» del caso, el grupo preguntará la próxima semana a la Comisión Europea (CE) si existen datos que lo certifiquen. Un movimiento que se producirá al margen de la investigación independiente que ya solicitaron a Bruselas porque «el mismo apagón y luego el silencio socavan el prestigio de nuestro país».