Defensa suma cuatro años de trabajo a Navantia Ferrol con un nuevo pedido

Beatriz García Couce
beatriz couce REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Recreación del futuro buque de aprovisionamiento en combate que se fabricará en Navantia Ferrol
Recreación del futuro buque de aprovisionamiento en combate que se fabricará en Navantia Ferrol Navantia

El astillero fabricará un buque de aprovisionamiento en combate que generará ocupación para cerca de 1.800 trabajadores y unas 300 empresas

11 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Seis años después de que el astillero ferrolano se hiciese con el mayor pedido de fragatas para la Armada española, las F-110, Navantia suma un nuevo encargo para esa factoría. El Ministerio de Defensa y la empresa pública firmaron ayer la orden de ejecución —el equivalente a la rúbrica de un contrato en el ámbito civil— de un nuevo buque de aprovisionamiento en combate (BAC), que vendrá a sustituir al Patiño, que ha superado las tres décadas en operación.

La materialización de este encargo —rubricado por la secretaria de Estado de Defensa, María Amparo Valcarce, y el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez— supondrá ocupación para unos 1.800 empleos durante los próximos cuatro años, ya que incluye la ejecución de tres millones de horas de trabajo. Además, generará actividad para unas 300 empresas complementarias.

Con un presupuesto de 650 millones de euros, la primera partida para financiar la construcción de este barco ha sido incluida en el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa, aprobado el pasado mes de abril por el Gobierno. En concreto, incluye los primeros 100 millones de euros para este encargo que, no obstante, requerirá de sucesivas aportaciones anuales.

El buque está basado en el Cantabria, que empezó a operar en el 2010, aunque incorporará las últimas actualizaciones y recogerá también las mejoras de los BAC construidos para la Armada australiana. Este tipo de navíos tienen por misión proporcionar víveres, combustibles, y asistencia sanitaria —disponen de un hospital— al resto de los barcos de la flota. No obstante, incorporará capacidades defensivas para poder hacer frente a una de las amenazas aéreas de las contiendas actuales: los drones. En concreto, además de disponer de una propulsión respetuosa con el medio ambiente, incorporará un sistema de defensa de punto, defensa C-UAS (antidrones) y capacidad de despliegue y mantenimiento de UXV’s (drones aéreos, de superficie y submarinos).

Defensa subraya que el buque podrá almacenar y transportar combustible para otros barcos y aeronaves, agua y víveres, además de municiones y repuestos. También podrá favorecer la proyección de operaciones especiales e, incluso, transportar material en su almacenaje en contenedores de cubierta. Por otro lado, y en determinadas situaciones, podría actuar como buque de mando de operaciones si fuera necesario.

Menos dotación

También estará equipado para poder participar en misiones humanitarias de lucha contra la contaminación y ofrecerá la posibilidad de acoger operaciones con helicópteros. Tendrá, por otro lado, capacidad de autoprotección.

Entre sus características técnicas destaca que, aunque contará con un tamaño similar al Cantabria, —174 metros de eslora (largo), 23 de manga (ancho) y un desplazamiento de unas 20.000 toneladas a plena carga)—, tendrá una menor dotación, alrededor de 120 militares. Es una tendencia que ha ido asentándose en la Armada en los últimos años.

Está previsto que el nuevo buque esté operativo en torno al 2030. Entonces, según subraya el Ministerio de Defensa, «proporcionará el imprescindible apoyo logístico operativo, para que la Fuerza Naval cumpla de manera eficaz sus misiones asignadas y pueda desempeñar todas sus funciones específicas, destacando la presencia naval y el control del espacio marítimo».

Este encargo —anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una visita al astillero, a finales del 2023— ratifica la especialización de la planta ferrolana en la construcción de buques de gran tamaño.