
La agencia considera que este combustible alcanzará su pico máximo en 2027
17 jun 2025 . Actualizado a las 11:58 h.El mercado global del petróleo se dirige a una fase de equilibrio a medio plazo, a pesar de la actual tensión en Oriente Medio, debido al aumento de la oferta y el estancamiento de la demanda, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). El puntual aumento de los precios de la última semana por el enfrentamiento entre Israel e Irán no esconde la «transformación fundamental» del mercado ante un cambio de los patrones de la oferta y la demanda mundiales de crudo, destaca el informe a medio plazo que la AIE publicó este martes. La demanda de petróleo para combustible podría alcanzar su pico ya en 2027 debido a la explosión de las ventas de vehículos eléctricos (más de 20 millones este año, uno de cada cuatro a nivel mundial) y a la expansión de los camiones impulsados por gas natural, especialmente en China. Los vehículos eléctricos reducirán por sí solos la demanda global de petróleo en 5,4 millones de barriles diarios (mb/d) en 2030, resalta el documento.
Además, cada vez más países están reduciendo el uso de derivados de petróleo como combustible para generación eléctrica en beneficio de las renovables y del gas, una transformación en la que destaca Arabia Saudí, indica el informe. La AIE prevé que la demanda global de petróleo aumentará hasta alcanzar los 105,5 mb/d en 2030, año en el que ya se vaticina una ligera reducción. De aquí a 2030, la AIE prevé que el «robusto aumento de la demanda» en los países emergentes y en desarrollo, de 4,2 mb/d, contrastará con «la continuada contracción» de las economías más avanzadas, ya que en los países de la OCDE bajará en 1,7 mb/d para ese año.
China, el principal impulsor del aumento de la demanda en los últimos dos decenios, alcanzará su pico durante la década actual, y su consumo en 2030 será solo «ligeramente superior» al de 2024. India, el país más poblado del mundo, será el país con un mayor aumento de la demanda, con hasta 1 mb/d adicionales para 2030.
La petroquímica tira de la demanda
El informe de la AIE destaca que, ante la progresiva reducción del uso de petróleo y sus derivados para el transporte y la generación de electricidad, se prevé que la industria petroquímica se convierta en la principal fuente de crecimiento de la demanda mundial de petróleo a partir de 2026. A nivel mundial, la producción de polímeros y fibras sintéticas requerirá 18,4 mb/d para 2030, lo que supondrá algo más de la sexta parte de toda la demanda global. En cuanto a la oferta, va a subir en los próximos años a un ritmo superior al de la demanda, debido a la decisión de la OPEP y sus aliados (OPEP+) de retirar progresivamente sus recortes de producción, unida al aumento de la extracción en países ajenos a la organización. El incremento de la producción de Estados Unidos, Brasil, Canadá, Argentina y Guyana «será previsiblemente más que suficiente para cubrir el aumento de la demanda global» hasta 2030.
La capacidad mundial de crudo aumentará en 5,1 millones de barriles diarios hasta alcanzar los 114,7 en 2030, un incremento significativamente mayor que el aumento previsto de la demanda, de 2,5 mb/d, para ese año. «El mercado petrolero estará bien abastecido en los próximos años, pero los acontecimientos recientes ponen claramente de manifiesto los importantes riesgos geopolíticos para la seguridad del suministro de petróleo. En materia de seguridad energética, no hay margen para la complacencia», señala en el informe el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.
El informe añade que la abrupta caída de los precios de los primeros meses del año ha generado un proceso de reevaluación de las inversiones en la exploración y extracción, que caerán un 6 % este año hasta 420.000 millones de dólares. Finalmente, la AIE advierte de que el sector del refino deberá adaptarse al rápido cambio en la demanda de derivados del crudo, con un descenso cada vez mayor en gasolina y diésel, que no podrá ser compensado por el aumento del consumo de keroseno y nafta. Por ello, se avecinan cierres en el sector, y las más perjudicadas serán las instalaciones con elevados costes de funcionamiento en Europa y la costa oeste de Estados Unidos.