Las empresas realizan más despidos que nunca tras la reforma laboral y a un precio más barato

l . palacios MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, en un acto sobre la reforma laboral
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, en un acto sobre la reforma laboral Raúl Caro

La indemnización media se reduce a 7.400 euros, 4.000 euros menos, al dispararse los ceses de trabajadores indefinidos ante la restricción de los contratos temporales

19 jul 2025 . Actualizado a las 16:09 h.

Las empresas españolas están realizando más despidos que nunca y al precio más barato de la historia. Se trata de una de las consecuencias no deseadas de la reforma laboral que impulsó el Gobierno con el apoyo de los agentes sociales para restringir al máximo el uso de los contratos temporales. Tras estos cambios, la contratación indefinida se ha disparado a niveles nunca vistos y, por efecto rebote, ha provocado un fuerte repunte de los ceses de estos nuevos trabajadores.

Por eso los sindicatos están inmersos en una batalla por elevar el coste del despido improcedente y abogan por establecer compensaciones a la carta y fijar una cuantía mínima, aunque el Supremo ha complicado esta posibilidad tras dictaminar el pasado miércoles que la indemnización española —tasada y con un tope máximo— es adecuada y no contraviene el derecho europeo. Desde la entrada en vigor de la nueva norma laboral, hace cuatro años y medio, hay 3,8 millones de afiliados más de media con un contrato indefinido, mientras que los que tienen un empleo temporal se han reducido en más de dos millones y suman poco más del 12 % del total en el sector privado.

Con este fuerte repunte prácticamente ocho de cada diez asalariados tienen un contrato indefinido, pero, sin embargo, a día de hoy ya no es garantía de estabilidad. Así, su rotación se ha duplicado tras la reforma laboral y más de la mitad de estos nuevos empleos fijos desaparece antes de un año, según advierte el Banco de España. Es más, desde la entrada en vigor de la reforma, más de 1,25 millones de personas han firmado más de un contrato indefinido en el mismo mes natural, un fenómeno que era prácticamente inexistente antes de esta ley.

Este bum de empleos indefinidos también para actividades estacionales ha llevado a máximos históricos el número de despidos y por primera vez se ha traspasado la barrera de los 600.000, según los datos publicados por el Ministerio de Trabajo del ejercicio 2023 (último disponible). En apenas dos años se han incrementado más de un 35 %, mientras que durante los años previos a la reforma laboral se mantenían en una franja entre los 420.000 y los 480.000.

Esta fugacidad de los empleos indefinidos ha provocado además un fuerte recorte de las indemnizaciones medias que se pagan, que han caído un 35 % con la entrada en vigor de la reforma laboral. La cuantía media se sitúa en 7.446 euros, 4.000 euros menos que los 11.400 euros que se abonaban en el 2021. Y esta merma se concentra en los contratos fijos, puesto que mientras la compensación de los temporales se mantiene parecida, los trabajadores indefinidos a tiempo completo cobran la mitad de finiquito que antes de la reforma (9.700 euros frente a 18.100). E incluso se agrava en el caso de los fijos discontinuos, que reciben una tercera parte al pasar de una compensación de 4.500 euros en el 2021 a poco más de 1.500 en el 2023.

Trasvase de temporales a indefinidos

«El despido se ha convertido en una herramienta rutinaria», denuncia Fernando Luján, vicesecretario de Política Sindical de UGT, que advierte de que «si no se cambia la regulación del despido improcedente, extinguir un contrato indefinido es tan fácil como un temporal» y por eso se trasladan extinciones de un tipo de contrato al otro. En esta misma línea se manifiesta Florentino Felgueroso, investigador de Fedea, que señala que, tras la reforma, hay una «gran masa de contratos indefinidos nuevos». «Son contratos inmaduros y, por tanto, muy baratos de suprimir», argumenta.

La clave está en que antes de la reforma el contrato mayoritario era el temporal, el contrato por obra o servicio, que utilizaban las empresas de manera masiva para atender a sus necesidades estacionales o incluso para ver si la persona encajaba en el puesto: si superaba la prueba se convertía en indefinido; de lo contrario, se esperaba a su finalización y no contabilizaba como despidos. Sí tenían derecho a una indemnización, aunque más baja: 12 días por año en lugar de 20 en caso de despido objetivo. Los nuevos indefinidos sí se contabilizan ya como despidos y, al ser aún contratos recientes, al tener tan poca antigüedad en la empresa, su despido es relativamente barato.