La pelea por seducir al accionista centra la batalla final en la opa de BBVA sobre Sabadell
ECONOMÍA

La catalana fía a una generosa retribución el rechazo de sus socios al banco vasco, presionado por el mercado para mejorar su oferta
05 ago 2025 . Actualizado a las 17:46 h.Casi 15 meses después de que el BBVA lanzase su opa sobre el Banco Sabadell, las dos entidades están decididas a echar el resto para convencer al mercado de que sus respectivos planes son los más adecuados para generar valor a largo plazo. En esta batalla entre las dos entidades, el mimo al accionista ha pasado a un primer plano, con una lluvia de dividendos —los ya pagados y los comprometidos— que en el último año se ha convertido en algo vital para atraer a los indecisos. Los dos bancos han sido históricamente muy generosos con sus socios. Pero Sabadell dio el pasado jueves un salto cuantitativo al comprometerse en su nuevo plan estratégico 2025-2027 con una remuneración histórica de 6.300 millones, que se distribuirán entre dividendos y recompras de acciones a lo largo de esos tres años, si la opa no sale adelante.
La cifra queda algo diluida, eso sí, sabiendo que incluye los 2.500 millones que ya se anunciaron por la venta de la filial británica TSB, y que aún debe aprobarse en junta. El resto del pago llegará con la distribución del 60 % de los beneficios esperados para esos tres ejercicios que engloba la nueva hoja de ruta del banco, así como del reparto de todo el capital que exceda del 13 %, manteniendo su política actual. En total, el abono equivale al 40 % del valor en bolsa del Sabadell, con un dividendo por acción en el 2025, el 2026 y el 2027 que será superior cada uno de esos años a lo pagado en el 2024.
Meter presión al BBVA
Aunque el dividendo no está ahora en el centro del debate de BBVA, el consenso coincide en que el plan del Sabadell mete presión a la entidad presidida por Carlos Torres para mejorar su oferta. Y hay voces que apuntan incluso a que, si la catalana lograse desactivar la opa, la remuneración al accionista no solo seguiría en el foco de BBVA, sino que lo reforzaría todavía más, sin descartar alguna señal futura a los inversores que este ejercicio han sufrido la tensión lógica de la operación bancaria del año.
Si la opa sale adelante, también podría darse un movimiento en este sentido, con unos accionistas que saben que tendrán que esperar un mínimo de tres años para que se consume la fusión, tras las condiciones impuestas por el Gobierno a la operación. Es decir, pase lo que pase, la remuneración al accionista será un vector fundamental de la estrategia de los dos bancos en los próximos ejercicios.
Incluso con el recelo que el Banco Central Europeo (BCE) ha vuelto a mostrar en las últimas semanas en torno a este asunto, advirtiendo al sector de la necesidad de aprovechar el auge de los beneficios récord para asegurar un buen colchón frente a la incertidumbre geopolítica y comercial actual. «Les hemos informado exactamente de lo que íbamos a hacer, con todo detalle, y no nos han planteado la mínima objeción», aseguraba el pasado jueves el consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, en referencia a la opinión del organismo monetario sobres sus planes de reparto.
Reto de cifras
Durante la presentación de su plan estratégico, el banquero incluso retó a BBVA a que también desvele su estrategia de retribución de aquí al 2027 si la opa saliese adelante, con el objetivo de que los inversores puedan comparar entre los dos. No se espera que la entidad lo haga en su próxima cita clave con el mercado, el 31 de julio, en la presentación de sus cuentas del semestre. Pero lo cierto es que el banco cuenta con un historial que avala desde hace años su generosidad con los accionistas. Entre los dividendos y las recompras de acciones, BBVA ha destinado un total de 5.027 millones de euros a la retribución con cargo al 2024.
Y desde 2021 el abono asciende a 18.000 millones, con una política de remuneración que contempla un payout anual (porcentaje del beneficio que se destina al dividendo)de entre el 40% y el 50%, con el compromiso de distribuir cualquier exceso de capital por encima del 12%. La determinación del banco es mantener esa estrategia y, aunque el consenso coincide en que el dividendo del Sabadell encarece la opa y BBVA estaría obligado a mejorar su oferta, en la sede de La Vela tienen bien amarrado su plan, con las cartas de Sabadell ya sobre la mesa. Para empezar, el banco cuenta con un exceso de capital por encima de los 2.000 millones de euros con los que operar para hacer más atractivo el canje inicial. Y a esa cifra se podrían sumar otros 2.500 millones derivados del dividendo del Sabadell por la venta de TSB que, al ser pagaderos en marzo o abril de 2026, convertirían a BBVA en el principal beneficiario si la opa se cierra con éxito tras el periodo de aceptación que comenzará en septiembre. Es decir, la entidad podría contar con ese dinero para mejorar su oferta, adelantando el pago a los accionistas que la acepten.
La entidad vasca volverá a ajustar su canje en el mes de agosto
BBVA ha tenido que acometer varios ajustes en su ecuación de canje para incorporar los dividendos pagados por los dos bancos estos meses. Así, la oferta inicial ha ido variando hasta situarse en una acción nueva de BBVA por cada 5,3456 del Sabadell, más 0,70 euros en efectivo. Dentro de sus planes de reparto, Sabadell ya ha confirmado que en agosto abonará el primer dividendo ordinario. Así que BBVA tendrá que volver a ajustar el canje a ese pago, teniendo en cuenta que el periodo de aceptación no se abrirá hasta las primeras semanas de septiembre, pudiendo alargarse hasta principios de octubre el veredicto final sobre la opa.