Los autónomos societarios marcan máximos y se afianzan como modelo de autoempleo

c. cándido MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Ana Escobar | EFE

Suponen ya más de un tercio de los trabajadores por cuenta propia en España empujados por las ventajas fiscales y una mayor seguridad jurídica

25 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Laura Martín es diseñadora gráfica. Empezó emitiendo facturas como autónoma directamente a sus clientes pero cuando el volumen de encargos aumentó, decidió crear una sociedad limitada (SL) de la que es dueña y gestora. Sigue siendo su propia jefa, pero ahora está obligada a cotizar como autónoma societaria en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) porque trabaja dentro de su propia empresa.

Esta categoría ha crecido con fuerza en los últimos años. Tres de cada cuatro nuevos autónomos han optado por convertirse en socios de sociedades en los últimos cuatro años, según un informe de la Federación de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) que analiza el período comprendido entre el 2021 y abril de 2025.

Los societarios representan ya más de un tercio del total de los trabajadores por cuenta propia. Este fenómeno se refleja en un crecimiento de 88.566 autónomos societarios: un aumento del 8,5 %, comparado con el incremento del 1,3 % en los autónomos tradicionales, que crecieron en 26.910 personas.

«Estos datos ponen de manifiesto que cada vez hay más autónomos societarios que buscan sobre todo la seguridad a la hora de emprender con menos riesgo», apunta Lorenzo Amor, presidente de ATA. Además, en su opinión contradice la «falsa creencia de que el crecimiento de autónomos tiene que ver con los falsos autónomos. «No hay falsos autónomos que tengan una sociedad», agrega Amor.

Ventajas

El repunte responde, según los asesores legales consultados, a dos cuestiones. La primera, que ante eventuales responsabilidades en el caso de que el negocio vaya mal, el trabajador interpone a otra entidad con personalidad jurídica y es la sociedad la que responde y no su patrimonio personal, limitando así el tener que asumir responsabilidades.

La segunda, y más importante, es la fiscalidad. Facturar como autónomo societario ofrece una ventaja fiscal relevante: permite diversificar la forma de cobrar y, en determinados casos, optimizar la carga impositiva frente a la facturación directa o la nómina.

Por un lado, está el Impuesto de Sociedades, que actualmente grava los beneficios empresariales al 25 %, aunque se prevé que ese tipo impositivo baje progresivamente hasta el 20 % en los próximos años. Este impuesto es menor que el que suelen pagar la mayoría de trabajadores por rentas del trabajo, por lo que algunos autónomos prefieren dejar parte de los beneficios dentro de la sociedad, en lugar de cobrarlos directamente, y tributar así a un tipo más bajo.

Cobro de dividendos

Por otro lado, el societario tiene la posibilidad de cobrar a través del reparto de dividendos, es decir, como beneficios que reparte la empresa a sus socios. En España los dividendos tributan entre un 19 % y un 28 %, según los tramos y cantidades. Si se suma el 25 % del Impuesto de Sociedades más el 19 % de los dividendos, el tipo impositivo efectivo se sitúa en torno al 44 %, que en muchos casos es inferior al que pagaría un autónomo tradicional o un asalariado con ingresos similares.

«Desde mi criterio, el auge del autónomo societario es por explorar la posibilidad de tener una fiscalidad algo más optimizada y una cobertura mayor sobre lo que es el patrimonio personal del autónomo como persona física», explica Luis Miguel Abajo Víbora, responsable de negocio del área legal de Afianza.

País Vasco se distingue como la única región donde los autónomos societarios superan en número a los autónomos persona física, representando el 50,2 % del total de afiliados al RETA. «El reparto de dividendos en el País Vasco tiene un tipo impositivo máximo del 25 %, lo que representa una reducción significativa», agrega Abajo, aduciendo a los beneficios sustanciales que ofrece este tipo de modelo con la fiscalidad que ofrecen las Haciendas forales.