El Pacto de Toledo inicia los trabajos para renovar sus recomendaciones y garantizar la sostenibilidad de las pensiones

La Voz REDACCIÓN / EFE

ECONOMÍA

Imagen de un grupo de jubilados en Ordes
Imagen de un grupo de jubilados en Ordes SANDRA ALONSO

La comisión parlamentaria, creada hace 30 años, revisará de nuevo el sistema público

15 nov 2025 . Actualizado a las 18:38 h.

La Comisión de seguimiento de los acuerdos del Pacto de Toledo inicia la próxima semana los trabajos de revisión de sus recomendaciones de 2020 para el mantenimiento y la mejora del sistema público de pensiones, en medio del debate generado por la jubilación de la generación del baby boom.

El Pacto de Toledo comenzará sus trabajos el martes con la comparecencia en el Congreso de la presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Cristina Herrero, y seguirá recibiendo a nuevos comparecientes a partir del mes de enero, según han confirmado a EFE fuentes de esta comisión parlamentaria.

El 19 de noviembre de 2020 el pleno del Congreso ratificó el acuerdo de la comisión con las 21 recomendaciones para la reforma del sistema, centradas en el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones por ley, después de que la reforma unilateral del Gobierno de Mariano Rajoy limitara su subida al 0,25 % anual mientras el sistema estuviera en déficit.

Cinco años después, la Comisión tendrá que revisar el grado de cumplimiento de esas recomendaciones y proponer su renovación, en un momento en el que está en cuestión si el relevo generacional será suficiente para sostener un sistema de reparto en el que las cotizaciones de los trabajadores son las que pagan las pensiones de los jubilados.

En sus 30 años de andadura, el Pacto de Toledo ha ido señalando las reformas necesarias para garantizar la sostenibilidad financiera del sistema y la suficiencia de las pensiones, si bien algunos de sus promotores han advertido esta semana de que el envejecimiento de la población está abriendo una brecha en favor de los jubilados, que cada vez se llevan una mayor parte de los recursos del Estado.

Y todo en un contexto de inestabilidad política que anticipa la dificultad de consensuar unas líneas de actuación sobre un tema de fuerte impacto electoral como son las pensiones.

En una jornada organizada el pasado miércoles por Fedea y el Instituto Santalucía, quien fuera secretario de Estado de la Seguridad Social en los Gobiernos socialistas de José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez, Octavio Granado, presentaba un informe en el que defiende reformas para no imponer «cargas injustas» a la población mas joven y para no perjudicar otras políticas públicas indispensables.

Una «brecha» que se ha acrecentado con la última reforma diseñada por el ahora gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, según otro informe elaborado en el marco de esas jornadas por el profesor de la Universidad Rey Juan Carlos e investigador de Fedea Miguel Ángel García Díaz, que instaba a recuperar el «espíritu fundacional» del Pacto de Toledo.

Reformas para no sobrecargar a otras generaciones

La jornada de Fedea reunió también a los exministros Valeriano Gómez, socialista que ocupó la cartera de Trabajo e Inmigración con José Luis Rodríguez Zapatero, y al popular Juan Carlos Aparicio, exministro de Trabajo y Asuntos Sociales con José María Aznar.

Ambos coincidieron en la importancia que ha tenido el Pacto de Toledo en la construcción de consensos sobre el sistema de pensiones y apuntaron a la necesidad de abordar cambios que, reconocieron, se atreven a plantear «desde la barrera».

Así, consideraron necesario reintroducir un factor de sostenibilidad que considere la longevidad, así como tener en cuenta toda la vida laboral para el cómputo de las pensiones en aras de hacer un sistema más sostenible que no penalice a las siguientes generaciones.

«Es verdad que el sistema no tiene garantizado el hecho de que las nuevas generaciones van a soportar una gran carga», reconoció Gómez.

«Ahora sí veo en riesgo el contrato intergeneracional porque hay que equilibrar la España pasiva y activa, y no puede haber un desequilibrio en términos ni de liquidez ni de patrimonio», reflexionó Aparicio.