Alarma en las carreteras: la falta de camioneros pone en peligro el auge del consumo

edurne martínez MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

El sector del transporte acusa déficit de profesionales
El sector del transporte acusa déficit de profesionales ALBERTO LÓPEZ

Se necesitan 30.000 conductores en España, pero nadie quiere ponerse al volante, por lo que el Gobierno central dará 3.000 euros para el carné

23 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuarenta años después del éxito de Loquillo y Los Trogloditas Yo para ser feliz quiero un camión, el problema actual es que no hay quien los conduzca. En un momento en el que el comercio por internet ha impulsado el transporte de paquetería a niveles récord y el camión sigue siendo el medio de transporte de mercancías más importante de Europa, existen 426.000 vacantes en el continente, según los datos de la Organización Mundial del Transporte por Carretera (IRU). A nivel mundial las cifras son impactantes —3,6 millones de puestos sin cubrir, cifra que se duplicará en 2028, según estiman— y España no se queda atrás: faltan 30.000 camioneros para hacer frente a la demanda, un problema que, sin soluciones a corto plazo, se agravará ante la oleada de jubilaciones que se producirán en la próxima década, puesto que la mitad de la plantilla tiene más de 55 años.

«Si nadie quiere ser conductor de camión, por algo será. Este trabajo es duro y se debería premiar con un buen salario y unas buenas condiciones, pero nada. Hay que pegarse una paliza a trabajar porque, si no haces horas extras, los sueldos son muy bajos». Manuel, camionero de 43 años residente en Toledo, tiene claro que esta es una profesión «nada atractiva para los jóvenes». Y eso que él es uno de los más jóvenes para el tipo de trabajador que compone el sector. Los datos de Astic (patronal del transporte internacional por carretera) indican que el perfil del profesional del camión es un hombre, de 50 años y con estudios medios. Los asalariados dependen de los horarios que les ponga su empresa, con turnos de mañana, tarde o noche. Pero los autónomos trabajan «de 12 a 14 horas para conseguir un sueldo decente», asegura Manuel.

Fernando, conductor sénior con veinte años de experiencia a sus espaldas al frente de un camión de reparto, también pone el foco en el sueldo: «Si sacarse el carné son más de 4.000 euros y luego vas a buscar trabajo y no te pagan más de 1.500 o 1.800, no hay mucha gente que quiera meterse en esto», se lamenta. El sueldo es una de las principales quejas de los conductores, que sin horas extra no alcanza los 2.000 euros al mes. Un salario poco atractivo con horarios complicados —en muchos casos pasando noches fuera de casa— y los fines de semana y festivos. Asimismo, la barrera que supone el coste del carné C (conductores de camión) o D (autobús) es lo que trata de paliar el Gobierno con el anuncio, hace unas pocas semanas, de una nueva línea de ayudas públicas de hasta 3.000 euros por persona para cubrir gastos. 

Un problema común en la UE

Una de las razones a las que alude el Gobierno es que el envejecimiento de los profesionales ha llevado al sector a una situación crítica y más en un trabajo que exige largas jornadas. Aún así, el Ministerio de Transportes recuerda que ese déficit de transportistas es «común en toda la Unión Europea». El presupuesto previsto asciende a 500.000 euros y las subvenciones serán compatibles con otras ayudas para obtener estos permisos.

Los empresarios consideran positiva esta medida, pero piden más acciones a medio y largo plazo. Desde la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), su presidente, Carmelo González, explica a este periódico que la falta de conductores es un problema «estructural» que el sector lleva denunciando muchos años. «Nuestro objetivo es hacer atractiva una profesión a la que la gente joven no se quiere acercar», lamenta. Pero, ¿cómo se puede hacer atractivo, más allá de los sueldos? González señala que han propuesto a las administraciones públicas crear una opción de Formación Profesional de grado medio que incluya el carné de conducir de camión y prácticas en empresas del sector para que los jóvenes se incorporen al mundo laboral nada más terminar sus estudios. Además, demanda que se agilicen los trámites para regularizar a los trabajadores que vienen de otros países, puesto que ahora implica entre 12 y 18 meses de espera.

En este sentido, el Gobierno baraja incluir a este colectivo en el catálogo de profesiones de difícil cobertura que facilita la contratación de trabajadores en el extranjero para cubrir vacantes. El vicepresidente ejecutivo de Astic (Asociación del Transporte Internacional por Carretera), Ramón Valdivia, reconoce que esta falta de profesionales «pone en riesgo la cadena de suministro» y, en el caso concreto de España, incluso pone trabas al comercio exterior: «Aproximadamente el 75 % de lo que exportamos a la UE se transporta por carretera», asegura. Actualmente, más de dos tercios de las empresas declaran tener serias o muy serias dificultades para contratar nuevos conductores.

Además de las razones ya comentadas, Valdivia destaca el desajuste entre oferta y demanda como otro de los factores que explican este grave problema. «El incremento de las ventas por internet y de la propia economía ha generado más necesidad de mercancías que necesitan ser transportadas y, por tanto, más conductores, pero hay una clara falta de relevo generacional», dice. Las cifras no son nada esperanzadoras: el 50 % de los transportistas en España tiene más de 55 años, una cifra superior a la media europea, que se sitúa en el 32 %. Los menores de 25 años representan solo el 3 % del total y solo uno de cada cuatro conductores menores de 45 años es español. Es decir, en cinco años se retirarán uno de cada tres conductores de camión y los jóvenes españoles no quieren trabajar subidos a un camión, según cifras de Astic. «La situación es muy grave, ya que pone en peligro el funcionamiento de las cadenas de suministro», asegura Valdivia.

Un déficit que se extiende a los autobuses 

Las ayudas no son solo para camión, ya que los conductores de autobús también presentan una falta grave de personal. En concreto, la patronal Confebus cifra en 4.700 los profesionales que harían falta para suplir las vacantes solo en España. Su edad media son 49 años, con solo un 10 % de los conductores menores de 40. El relevo generacional es un desafío. El autobús es el medio de transporte colectivo que más viajeros mueve en España. Su punto fuerte frente al ferrocarril es su capilaridad, ya que conecta diariamente más de 8.000 poblaciones. El sector está formado por unas 2.700 empresas que generan 95.000 empleos, colocando a España como el tercer país de la UE en número de trabajadores, solo por detrás de Alemania y Francia, según Eurostat.

Pero estas cifras no son suficientes. Desde Confebus aseguran que harían falta 5.000 profesionales más para que salieran las cuentas y el sector funcionara en todo su potencial. «La escasez de conductores de autobuses es un problema significativo y está empeorando, afectando a las operaciones de transporte de viajeros por carretera, perjudicando las redes de movilidad y a las personas, comunidades y economías que dependen de estos servicios», indican desde la patronal. Y, aunque existen ayudas a nivel autonómico y local para obtener el carnet de conducir autobuses o el CAP, son «muy variadas y sin coordinación entre administraciones»