La bóveda de la estación de Chamartín, obra de San José en UTE con tres firmas
ECONOMÍA
La constructora gallega participa en la transformación de una de las estaciones ferroviarias de mayor tránsito de la capital
16 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.San José Constructora, la filial del holding de infraestructuras gallego que preside Jacinto Rey, acaba de celebrar la rehabilitación de la entrada principal de la estación de Chamartín-Clara Campoamor de Madrid tras la colocación de una gran bóveda acristalada que cubrirá de las inclemencias meteorológicas a los pasajeros que circulen por este recinto ferroviario. Esta cúpula permite, además, la apertura de más de 2.000 metros cuadrados del vestíbulo de un complejo que se halla en plena transformación desde hace más de tres años y en el que ADIF invierte más de 200 millones de euros.
Grupo San José, a través de su división de construcción, participa en la renovación de la estación ferroviaria madrileña en una unión temporal de empresas (UTE) con Vías y Construcciones, Grupo Azvi y Compsa.
Las obras de ampliación, tal y como figura en la información pública sobre este proyecto, tienen como objetivo adecuar el inmueble al aumento de tráfico previsto con los nuevos tramos de la red de alta velocidad, la liberalización del transporte de viajeros por ferrocarril y el túnel de ancho estándar que conectará Chamartín con Puerta de Atocha.
Se actúa sobre una superficie de 180.000 metros cuadrados y entre las intervenciones más significativas destacan las cuatro nuevas playas de vías para trenes de alta velocidad, con sus andenes y la remodelación del vestíbulo común para una mejor conexión con estas nuevas vías. De hecho, ese pasillo central se configura como el corazón de la estación.
Precisamente, lo que ahora se acaba de terminar es la bóveda acristalada que cubre ese espacio. También el edificio de viajeros contará con nuevas conexiones y accesos: zona de embarque para la alta velocidad y zona de cercanías; además de actuaciones como la construcción de una conexión subterránea con el vestíbulo de cercanías y con el metro, entre otros.
Para ADIF, la cúpula de cristal ha sido ejemplo de «esfuerzo, innovación y trabajo en equipo».
Las obras tienen un plazo de ejecución de 60 meses (cinco años) y se efectúan con la estación en servicio, sin que afecte al tráfico ferroviario.