¿De la necesidad, virtud?

Cartas al director
Cartas al director CARTAS AL DIRECTOR

EDUCACIÓN

M.Moralejo

10 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

 

 ¿De la necesidad virtud?

¿La practica el comerciante apurado que adultera el producto para salir adelante? ¿El opositor que copia porque necesita conseguir la plaza? ¿El directivo que busca el rendimiento exigido sin pagar lo establecido? ¿El trabajador que para resolver un problema simula una baja? ¿El político que falsifica la historia porque sus objetivos requieren otra, o que prostituye el lenguaje para para moldear mentes y corromper sentimientos? ¿El líder que hace lo contrario de lo que promete, y envuelve el «paquete» en el papel reflectante del «cambio de opinión», para ocultar su doblez y seguir adelante despreciando lo que opine el votante, creyéndose elegido por ser él quien es y no por lo prometido, evidenciando un espíritu sometido por la soberbia, vicio principal y repugnante…? No, de una situación de necesidad no brota espontáneamente la virtud. Aflora, más bien, lo que la persona lleva dentro. Consumar el engaño precisa de un denominador común: la necedad. Una vieja máxima sigue de plena actualidad y reza así: «A pesar de ser tan detestable la hipocresía, se ha de reconocer que es un homenaje que rinde el vicio a la virtud». Francisco Javier Lage Ferrón.

Españoles de segunda

Con un discurso duro y directo destinado a desenmascarar las mentiras y manipulaciones del discurso de investidura de Pedro Sánchez, que calificó de «delirio», Alberto Núñez Feijoo puso en evidencia lo que significan los acuerdos sobre los que se ha armado esta investidura. Una investidura que se ha conseguido, ha dicho Feijoo, a través de un ejercicio de «corrupción política» basado en tomar decisiones sobre el interés general a cambio de beneficios personales. Una investidura que para el líder del PP representa una humillación para una mayoría de los españoles que serán considerados, como consecuencia de los pactos de Sánchez, españoles de segunda. Jesús Domingo. Gerona.

Un prezo

Non todo vale. Nin vale todo porque si. Por moito que ese todo se poida comprar. E pagar. Nin por moito que ese todo se poida explicar. Ou incluso xustificar. E, a partir de aí, cada un atende e entende o valor da súa moral. Dos seus principios. E diso que chamamos conciencia. A que din, nos dá tranquilidade. Aínda que moitos o fagan dende o punto de vista da carteira. Do que está ou estea disposto a aceptar. O mundo funciona así. Din. Como dicir se din moitas outras cosas. Ou dicires. E está ben que as cosas se digan. Se falen. Se expresen. Mais non por iso todo vale. Nin vale todo. A pesar do valor e do mérito de dar a cara á hora de dicir. Ou o que é o mesmo, de poñerse un prezo. Manuel Nanín. O Carballiño.