Gonzalo Caballero: «El voto al PSOE será contundente porque no hay un proyecto alternativo»

Domingos Sampedro
Domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

ELECCIONES 2020

Hace un año que Gonzalo Caballero fue proclamado candidato a la presidencia de la Xunta en unas primarias en las que no tuvo rival. El BNG y el PP pretenden cumplir este trámite en los próximos meses, pero, de momento, Caballero es el único aspirante
Hace un año que Gonzalo Caballero fue proclamado candidato a la presidencia de la Xunta en unas primarias en las que no tuvo rival. El BNG y el PP pretenden cumplir este trámite en los próximos meses, pero, de momento, Caballero es el único aspirante XOAN A. SOLER

El líder del PSdeG dice que su opción preferida para gobernar es una alianza progresista y de izquierdas

31 oct 2019 . Actualizado a las 08:39 h.

Gonzalo Caballero (Ponteareas, 1975) volvió a echarse a la carretera, como hace medio año, para intentar activar el partido ante la cita del 10N. Después de probar las mieles de ver al PSdeG convertido en primera fuerza política el pasado abril, los socialistas intentarán mantener la posición para lanzar dentro de unos meses el asalto a la Xunta.

­-¿Qué se juegan el 10N?

-Nos jugamos si avanzamos con un Gobierno socialista o si entramos en una senda de retroceso, en el que las tres derechas accedan al Gobierno y Vox inspire las próximas políticas de Estado.

-¿Se mantendrá el PSOE como primera fuerza en Galicia?

-En abril, obtuvimos un resultado histórico, y si conseguimos una movilización masiva el 10 de noviembre, la ciudadanía gallega volverá a plasmar su vocación de cambio liderado por el PSdeG.

-¿Y si no lo consiguen?

-Si hay una alta movilización, los gallegos volverán a dar su apoyo a Pedro Sánchez.

-¿Teme que haya una desmovilización que juegue a la contra?

-Si conseguimos convencer a todos los progresistas de que nadie se puede poner de perfil ante la amenaza que supone que la extrema derecha acceda al Gobierno, estamos convencidos de que el voto al PSOE será contundente, porque no hay un proyecto alternativo para el progreso de España al margen del PSOE.

-¿Por qué se repiten las elecciones, votaron mal los españoles?

-No, votamos con claridad para que Pedro Sánchez fuera presidente, y los ciudadanos saben que otras fuerzas impidieron la investidura. Pero mire, no voy a perder el tiempo en mirar al pasado, creo que es fundamental entender que el 10N nos jugamos nuestro futuro, decidimos si avanzamos o si retrocedemos.

-¿Eso no se decidía ya en abril??

-Desde luego, y la mayoría quiere que Pedro Sánchez sea presidente. Tenemos que tener muy claro que la derecha intenta crear una impresión de cansancio, quiere generar una abstención interesada, así que no nos podemos resignar, el 10N tenemos que responder con una movilización masiva.

-El último CIS se distancia de otras encuestas y le da al PSOE hasta 150 diputados. ¿No se le fue un poco la mano?

-Lo que veo es al PP muy nervioso, no hacen más que atacar a [José Félix] Tezanos [presidente del CIS], cuando Tezanos acertó el resultado de abril...

-Y falló en Andalucía, que iba a ganar con holgura Susana Díaz.

-Bueno, el CIS hace encuestas para toda España y, en abril, tuvo una precisión más relevante que otros estudios. En todo caso, el PP de Casado y de Feijoo está comprobando que tiene ante sí una larga travesía en la oposición y que pierden la posición mayoritaria en Galicia.

-También dice la encuesta que el PSOE podría escoger socio, ¿mejor Podemos o Ciudadanos?

-Lo que queremos es convencer a los ciudadanos de que voten al PSOE, porque la moderación que muestra el PP es ficticia y allá donde los números les dan, gobiernan con Vox. Si Casado lograra llegar al Gobierno se convertiría en un títere de Vox, sentaría a Abascal en el Consejo de Ministros y le daría a la extrema derecha la capacidad de orientar las políticas de España en materia de libertades, de igualdad o de compromiso social. Un Gobierno así hace temblar a cualquiera que crea en el progreso.

-¿Se siente identificado con quienes corearon «con Rivera no» en Ferraz el 28A?

-Creo que la mejor opción es un Gobierno progresista y de izquierdas, pero otras fuerzas imposibilitaron esta vía.

-¿Entonces a usted no le quita el sueño gobernar con Podemos?

-A pesar de las preocupaciones, suelo dormir muy bien en cualquier escenario, y gracias a Dios, porque la política es muy dura.

-¿Si fuera presidente de la Xunta no reclamaría al Estado los 700 millones de deuda con Galicia?

-Si fuera presidente de la Xunta reclamaría todo lo necesario para Galicia, y desde luego no me quedaría callado cuando Rajoy dejó de ejecutar 2.300 millones que estaban presupuestados. Pero Feijoo no defiende el interés de Galicia, solo busca la confrontación para salvar su situación electoral y por eso saca cada semana un elemento de tensión. Su estrategia es ficticia, puro teatro.

-¿También es teatro que Valencia reclame 687 millones y Castilla-La Mancha otros 360?

-Claro que no, pero yo reclamo mucho más para Galicia, por eso conseguimos que Defensa aprobara 4.300 millones para las fragatas de Ferrol, después de que Rajoy tuviera el tema oculto por razones espurias.

«Sin ser optimista compulsivo, creo que luchando se puede generar el cambio en Galicia»

 Se acaban de cumplir dos años del congreso que ratificó a Gonzalo Caballero como secretario xeral del PSdeG.

-¿Qué lectura hace de estos dos años al frente del PSdeG?

-Fueron muy intensos y creo que el PSdeG está hoy mejor, más vivo y más fuerte. Tenemos las pilas cargadas para finiquitar el ciclo de Feijoo en cuanto convoque elecciones.

-¿Qué es para usted Galicia?

-Mi compromiso, mi país y mi gente, hoy por hoy es a lo que dedico los 365 días al año.

-¿Cuál es el principal problema que tenemos en Galicia?

-Después de once años de Feijoo en la Xunta, tenemos un problema demográfico profundo, combinado con una crisis industrial preocupante, el abandono del rural y una falta de conexión con las ciudades. La políticas de recortes fueron muy dañinas, y se ve especialmente en la sanidad.

-¿Y qué recetas propone para resolver todo eso?

-Hay que empezar con una política económica activa, que potencie el dinamismo urbano, la industria y la innovación, y vertebrar también el territorio, combinando el liderazgo de las ciudades con un medio rural atendido, todo ello dentro de un contrato social para no abandonar a nadie que necesite nuestra ayuda. Todos estos elementos nos permitirían hacer un país mejor.

-Pedro Sánchez se queja de que Podemos votó cuatro veces en cuatro años en contra de un Gobierno progresista. ¿Qué le hace pensar que a usted lo apoyarán en Galicia?

-En Galicia, todos los progresistas sabemos que por higiene democrática y para ponerle freno a los recortes sociales y no resignarnos a vivir peor, es necesario sacar a Feijoo del control político del país. Feijoo se ha convertido en una rémora para el impulso de este país y creo que tenemos capacidad de diálogo no solo entre la clase política, sino con los agentes sociales y económicos para generar una gran alianza que permita construir una Galicia mejor.

-No tendría, entonces, las dificultades para sumar que tuvo Pedro Sánchez.

-He tenido una larga travesía política en circunstancias muy complejas, y sin ser un optimista compulsivo, creo que luchando se pueden generar un cambio político en Galicia y formar un Gobierno de progreso con el PSdeG que lo lidere.

«El AVE llegará en el plazo previsto, si acaso con un reajuste de solo semanas»

La polémica en torno a los plazos del AVE gallego, que destapó la Xunta por entender que no se podrán cumplir y que en el 2020 no se podrá viajar en alta velocidad a Madrid, es el último elemento de confrontación con el Gobierno central, que está marcando la campaña del 10N. Gonzalo Caballero insiste en que el AVE «no se retrasará ni un segundo por responsabilidad del Gobierno de España», y deja entrever que si hay alguna demora se debe a que el PP «retrasó las inversiones durante tres años». «Y eso lo tienen que explicar Feijoo, Rajoy y Ana Pastor». En todo caso, el líder del PSdeG está convencido de que «el AVE llegará en el plazo previsto, si acaso con un reajuste por razones técnicas o de seguridad de solo semanas, o a lo sumo meses».