El bipartito, o el riesgo de dos Gobiernos paralelos

s. l. l. SANTIAGO / LA VOZ

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El fracaso de la coalición entre Touriño y Quintana en Galicia planea sobre la alianza estatal

15 nov 2019 . Actualizado a las 08:44 h.

Si, tal y como se especula, la coalición entre PSOE y Unidas Podemos pivota sobre tres vicepresidencias y la económica se la lleva Nadia Calviño, podría darse el arriesgado caso de que la reconocida economista se vea en la tesitura de defender unas medidas que entren en colisión con las políticas sociales de los ministros de Podemos en las Moncloa. Podría darse el caso, incluso, de que lo que ate la gallega Calviño en Bruselas lo desate otra gallega, Yolanda Díaz, en Madrid si finalmente la diputada de Galicia en Común logra ser nombrada ministra de Trabajo o de alguna de las carteras sociales que le correspondan a Podemos. Es el riesgo que se analiza ya no solo en los foros conservadores, sino también entre los socialistas menos entusiasmados con el pacto, que temen que más que una coalición España quede finalmente en manos de dos Gobiernos, uno liderado por el PSOE con las carteras que le correspondan, y otro más radical en manos de Unidas Podemos.

Ejemplos los hay, y Galicia lo vivió entre los años 2005 y 2009 con el bipartito formado por el PSOE y el BNG, que naufragó, sobre todo, por esas dos Administraciones paralelas. No hace mucho, el que había sido vicepresidente, Anxo Quintana, reconoció que uno de los motivos del fracaso de aquella experiencia había sido la falta de comunicación con el presidente, el socialista Pérez Touriño; una circunstancia que acabó convirtiendo las consellerías que regentaba cada uno de los partidos en compartimentos estancos. Hasta a la socialista Pilar Cancela se le escapó hace poco en una entrevista radiofónica que en su partido había preocupación por la posibilidad de que se gestase en Madrid un Gobierno «bicéfalo» como el que había tenido la Xunta con el bipartito, porque hasta la ciudadanía había percibido -a entender de Cancela- que había dos presidentes «y que uno actuaba a las espaldas del otro».

La derrota del bipartito dio lugar a la primera mayoría absoluta de Feijoo, que ahí sigue.