Las municipales y los problemas internos de los partidos marcan el último pleno antes del 28M

Manuel Varela Fariña
Manuel Varela SANTIAGO / LA VOZ

ELECCIONES 28M

Xoán A. Soler

La oposición insta a Rueda a condenar el caso Baltar y el presidente gallego rechaza «exercer de xuíz» como, criticó, hace el BNG

10 may 2023 . Actualizado a las 21:18 h.

El pleno del Parlamento se reanudó esta mañana en una atmósfera tensionada por la proximidad de las municipales. Había diputados contando sus últimas horas en la Cámara, soñándose alcaldes el 28M desde su escaño; un presidente de la Xunta sin anuncios pendientes en su intervención a dos semanas de los comicios; y dos líderes en la oposición tratando de situar la campaña que aún no empezó como eje del debate. Pero ni Alfonso Rueda, ni el socialista Luis Álvarez o la líder del BNG, Ana Pontón, terminaron cómodos la sesión de control.

Los dos últimos por no obtener las respuestas que buscaban, y los tres por los reproches que se intercambiaron sobre las interioridades de sus partidos: demasiados líderes y control de Madrid en el PSdeG, otro tanto con la UPG en el Bloque y la resistencia en el PP a referirse al caso de Baltar. La sesión de control, última antes de las elecciones, se convirtió así en un juego se suma cero, con la única anécdota de los minutos de espera que tuvo que dar el presidente de la Cámara, Miguel Santalices, ante la pequeña demora del titular de la Xunta en llegar a su sillón. El encargado de abrir el debate, como marca el orden del día, fue un Luis Álvarez que, como también es habitual, referenció con sorna a la actualidad. Habló de un «alcalde letal» en referencia al ourensano Gonzalo Pérez Jácome, y a un «sprinter motorizado», mezclando el exceso de velocidad del presidente de la Diputación de Ourense, Manuel Baltar, y la confusión de Alberto Núñez Feijoo en O Pino confundiendo el apellido de Bruce Springsteen.

El portavoz del PSdeG, Luis Álvarez.
El portavoz del PSdeG, Luis Álvarez. Xoán A. Soler

El portavoz socialista acusó a la Xunta de incumplir el pacto local aprobado por el expresidente Emilio Pérez Touriño en el 2006. «O PSdeG pensaba, pensa e pensará nos concellos sempre», subrayó ante un Rueda que afeó a su partido traer el debate municipal a dos semanas de las elecciones. «Hai que falar en serio de municipalismo, con datos e sen declaracións ocas», replicó el presidente tras desglosar inversiones del Gobierno autonómico en financiación local. Álvarez le respondió de nuevo irónico, y otra vez recordando un despiste de Feijoo: «Teño as pupilas dilatadas coa súa respota». Lamentó el «silencio cómplice» ante la situación de Ourense, acusándole de «amparar e manter a persoas» que «avergoñan a todos».

«Chámame electoralista. Pode contar o número de veces que este grupo trouxo iniciativas para o financiamento dos municipios», continuó Álvarez, criticando que los populares «non escoitan as necesidades dos concellos». Pero a Alfonso Rueda no le valieron los argumentos del diputado socialista, recordando que en el pleno anterior le preguntó por vivienda coincidiendo con el anuncio de pisos protegidos que había hecho el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en esas fechas. «Non sei con que PSOE estou falando. Tamén deberían sabelo os seus alcaldes socialistas. Non se sabe se teñen un líder, dous, tres...», devolvió el titular de la Xunta, que apuntó a la Moncloa como el lugar que marca «o que teñen que dicir» los socialistas gallegos. Abordó así las declaraciones «contradictorias» del líder del PSdeG, Valentín González Formoso, y el delegado del Gobierno, José Ramón Gómez Besteiro, sobre la lei do litoral aprobada por la Xunta. «Non quedan ben nin cos alcaldes da costa nin con Moncloa, pero se retratan por non ter criterio, por non ter un líder», continuó. 

La portavoz nacional de BNG, Ana Pontón, en el pleno.
La portavoz nacional de BNG, Ana Pontón, en el pleno. Xoán A. Soler

Más broncas estuvieron las réplicas entre Pontón y Rueda. Los nacionalistas llevaban una amplia pregunta sobre regeneración democrática, lo que sirvió a la portavoz nacional para condenar la falta de transparencia de la Xunta al no responder a la mayoría de solicitudes de información realizadas por el artículo 9 del reglamento, los cinco años de «venres negros» de la CRTVG o el distinto reparto de fondos a concellos, denunció, en función del color político que los gobiernen. Una larga retahíla de críticas que acompañó, a cada una, con la coletilla: «Non é democrático, é unha vergoña». Y así entró en el «esperpento en Ourense», apuntando a la «dexeneración da democracia» protagonizada por Baltar y Jácome «cun responsable moi claro: o Partido Popular». Condenó que Rueda justifique «feitos delituosos» y sea «cómplice dun comportamento inadmisible nun cargo público», instándole a responder si solicitará la dimisión del presidente provincial.

«Non me fai falta ler un papel para dicir o que é unha vergoña», le contestó Alfonso Rueda, que eludió citar a Baltar, pero reprochó a Pontón que dicte «sentenzas todos os días» sin esperar a las de los jueces, una actitud que rechazó, así como a los «xuízos paralelos», y alertó del peligro de «mesturar política con Xustiza». «Sempre son implacables cos seus rivais e sempre tan mansos para enxuizar actitudes dos seus amigos ou de vostedes mesmos», continuó el titular de la Xunta, que sí dijo sentirse avergonzado cuando el diputado nacionalista en el Congreso, Néstor Rego, no aplaudió al presidente ucraniano Volodímir Zelenski, ni que el Bloque consensuase en el Parlamento un manifiesto para «condear a agresión a un país democratico». «Os que mandan no BNG son os xenerais da UPG (Rego es su secretario xeral). Por moito que lle doa é o que había, hai e haberá no BNG», contestó Rueda.

Pontón desestimó los argumentos del presidente gallego «coa que está a caer en Ourense». Le acusó de «poñer o ventilador» e insistió en que se refiriese a Baltar. «Se non pode dirixir ao PP nin poñer orde, non está capacitado para gobernar Galiza», valoró la líder nacionalista, que subrayó el compromiso de su formación «moi claro para a rexeneración democratica». Alfonso Rueda volvió con un catálogo de actitudes del BNG «en contra» de la afirmación de la portavoz nacional del BNG, como el apoyo a eliminar el delito de sedición o «tachar de facha ao xuíz» cuando no gustan sus sentencias. «Impórtame máis o que diga a Xustiza e non os sentenciadores», terminó.