En directo en la campaña en el rural: pidiendo el voto casa por casa de la noche a la mañana

Son las diez y media de la mañana. La alcaldesa y candidata del PP de Guntín, María José Gómez, llega al campo da feira de Grolos con unos zapatos de tacón fino. Viene de una reunión con profesores. Lo primero que hace al bajarse del coche es ponerse unas deportivas. Le toca pasar el resto del día caminando casa por casa para pedir el voto. «A campaña neste sitios non cambiou, a xente espera aos candidatos na porta», asegura Toño, el vecino de la zona que va en la lista popular y acompaña a la regidora.

Desde que arranca la campaña electoral, todos los candidatos de los concellos del rural se distribuyen los días para visitar cada una de las parroquias. «Estou preocupada por se non me da tempo a ir todas as casas, pero esa é a nosa idea», defiende Gómez. Guntín tiene 2.627 habitantes esparcidos por más de 150 kilómetros cuadrados. 

Para poder visitar a todos, la alcaldesa se pasa toda la mañana —«ata a unha e media que a xente empeza a comer e non lles gusta que molesten»—  y toda la tarde montada en el coche con propaganda electoral. La hora media de llegar a casa durante la campaña termina siendo las once de la noche. 

Gómez parte desde una posición de gran fortaleza política, el PP tiene nueve de los once concejales de la corporación. En Grolos, alguna de las vecinas le preguntan «pero ti cres que te fai falta pedir o voto?». Gómez defiende que sí lo debe hacer, para que los habitantes se sientan atendidos. 

En Grolos hay 32 vecinos. En una hora, María José y Toño visitan diez casas. La alcaldesa timbra en cada una de ellas, pregunta cuánta gente vive y entrega los respectivos sobres con la papeleta del PP, y también un bolígrafo y un mechero de propaganda. 

Algunos ya adelantan su voto y otros se lo reservan. «As únicas as que non vamos son as da xente que vai nas listas dos outros partidos», aclara Gómez. Entre los vecinos de Grolos no parece haber muchas peticiones para la alcaldesa, tan solo una mujer pide que instale unos aparatos para hacer gimnasia en el campo da feira y otro grupo de vecinas asegura que hay demasiadas bombillas por la aldea, que tampoco son necesarias y elevan mucho el gasto.

El momento de pedir el voto siempre es aprovechado por los que tienen algo pendiente: «Moitos dinnos de arranxar algunha carreteira, algunha luz que non funciona, que lle abramos algún camiño». También tienen que aguantar palabras no tan amables de aquellos que ya habían hecho su petición, pero no se hizo o no se pudo hacer. Al mismo tiempo, la regidora aprovecha para comprobar cómo se encuentran las aldeas y memorizar quién vive en qué casa.

«Eu creo que a campaña non nos determina senón que foi o traballo que fixemos neste anos»

Lo que comparten todos los habitantes, al menos los de Grolos, es que agradecen la papeleta con una invitación a un café, una cerveza e incluso empanada. «Non paramos en ningún sitio porque directamente non temos tempo», asegura Gómez.

Grolos no es de los núcleos más esparcidos y grandes, así que la alcaldesa puede pasar de casa en casa a pie. En otros lugares más extensos, reparten el voto desde el coche. Después de una mañana en la zona, Gómez se pasa después por Lousada y para su agenda para acudir a un acto como jefa territorial de Cultura, Educación, Formación Profesional y Universidades. 

Entre vecino y vecino, atiende llamadas y mensajes. Todo sea por mantener los buenos resultados: «Hai porras por aí para ver cantos concelleiros conseguimos, eu creo que a campaña non nos determina senón que foi o traballo que fixemos neste anos».

José Antonio López, candidato del PSOE: «Levántome as cinco da mañá para poder traballar e que me de tempo a ir polas casas»

La campaña electoral es muy diferente para el que no gobierna. José Antonio López, candidato del PSOE, tiene actualmente dos concejales. Así que para conseguir otro más también se echaron a la calle, casa por casa. «Nós non pedimos o voto, levámolos no coche por se alguén o pide pero o que decidimos dar é o programa», explica. Aunque también tienen mechero y bolígrafo. 

El alcaldable recibe a La Voz mientras trabaja porque prefiere preservar la intimidad de los vecinos a los que visita, aunque, como todos los partidos, sabe por dónde puede moverse mejor.

López no puede dejar que el trabajo hecho hable por sí mismo, porque el que se ve el de quien gobierna. Entonces es momento de contar a cada vecino lo que propusieron este tiempo y los planes que tienen para el concello. «Aproveitamos para recolectar que peticións teñen os veciños, os máis típicos son de camiños en mal estado». Intentan ganar terreno con aquellos habitantes que hayan tenido algún problema con el gobierno local.

Los socialistas también se organizaron desde el primer momento para ir a todas las zonas del concello. Aunque ellos cuentan con menos tiempo: «Todos temos traballos que non podemos deixar de lado». Por ejemplo, mientras este miércoles por la mañana la alcaldesa estaba en Grolos, López tenía que atender a sus labores como ganadero: «Levanteime as cinco da mañá para deixar o traballo feito antes das tres, cando iremos tamén pola zona de Grolos.» 

Aunque es candidato desde hace dos legislaturas, recuerda que las campañas siempre fueron así. «A política municipal é rúa a rúa». 

Xosé Mosqueira, candidato do BNG: «A xente xa sabe que é o BNG, imos a tiro fixo»

El candidato del BNG, Xosé Mosqueira, es el que lleva la campaña más tranquilo.Así lo pidió cuando el partido lo volvió a escoger como cabeza de lista. Hace 20 años que los nacionalistas no están en el Concello y de esta vez esperan poder sacar un concejal. 

Mosqueira no se ha dedicado a ir cada por casa, sino que prefiere ir a tiro fijo o a junto a vecinos que podrían decantarse por su partido. «Non intimidamos así á xente». Eso tampoco quiere decir que no trabajen. El candidato se centró más en la pegada de carteles o en ciruclar con el coche de propaganda: «A xente xa sabe o que é o BNG».

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