Malestar en En Marea por la disputa interna en Podemos en plena campaña
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Dirigentes del partido gallego creen que es inoportuna y que «desvía» la atención
22 sep 2016 . Actualizado a las 11:17 h.Pablo Iglesias e Íñigo Errejón chafaron la fiesta de En Marea en una jornada clave para el partido gallego, con todos los focos mediáticos puestos en las intervenciones públicas en A Coruña y Vigo del secretario general de Podemos. Si el objetivo era irrumpir en la agenda política nacional, el líder de la formación morada lo consiguió a costa del micrófono que le ofrecieron sus socios gallegos, que ayer trataban de reconducir la campaña sin verse salpicados por la disputa interna de un partido con el que admiten su relación fraternal. El malestar, sin llegar a convertirse en reproche público, era evidente.
El candidato Luís Villares, que vivía ajeno a las refriegas políticas hace un mes y medio, fue uno de los líderes más tibios ante el rifirrafe digital a pesar de haberlo vivido en primera línea, junto a Iglesias. Reconoció que hay «polémica», pero evitó pronunciarse más allá por considerar que se trata de cuestiones «alleas» a Galicia. Al cabeza de cartel el único «debate» que le preocupa es el cara a cara que Feijoo no tuvo con él, afirmó tratando de desviar el tiro.
Ferreiro, cerca de los dos
Xulio Ferreiro (Marea Atlántica) estuvo el domingo con Errejón en Ourense y el martes también se pasó toda la jornada junto a Pablo Iglesias, y ya sabía antes de subirse al escenario de Vigo que los tuits habían atascado a la caravana gallega. Ayer el regidor coruñés trataba de justificar a sus colegas madrileños diciendo que sus mensajes reflejan «diversidade» de opiniones que no ve necesariamente «contradictorias», pero admitía que había que centrarse en el objetivo del domingo y no «desviar» la atención. El alcalde ferrolano, Jorge Suárez (Esquerda Unida-Ferrol en Común), también trató de restar tensiones ajenas y reflexionó sobre lo acontecido: «Eu nunca estiven a favor do pensamento único, por moi de organización que un sexa. Iso de que quen se mova non sae na foto non casa co verdadeiro sentido da democracia. Prefiro un debate san e fraterno entre camaradas que un enfrontamento solapado que poida derivar en loitas cainitas», declaró a Rocío Pita.
Por su parte, la portavoz de En Marea en el Congreso, Alexandra Fernández (Anova), legitimó el debate interno en el que está inmerso Podemos pero consideró que la antesala de las elecciones en Galicia y el País Vasco «quizás no sea el momento más adecuado» para airear estas diferencias en público, según ha explicado a Europa Press. Fernández ha remarcado que En Marea es un «partido instrumental» y un «sujeto político propio», del que también forma parte Podemos, pero que, a su juicio, debería quedarse al margen de la situación interna del partido morado. «Tenemos los pies y la cabeza en las decisiones que tiene que tomar En Marea», ha remarcado la política viguesa, que al igual que sus compañeros Antón Gómez-Reino o Ángela Rodríguez, ambos de Podemos, han pasado de puntillas por la campaña gallega.
Universidad de Podemos
El deseo de Fernández de que los trapos sucios se laven en casa no se verá cumplido, porque Errejón abrirá hoy mismo la llamada Universidad de Podemos en una facultad de la Complutense. Se trata de una suerte de curso de verano con ciclos, talleres y 250 ponentes que pretende ser el núcleo del debate y que cerrará el domingo Pablo Iglesias.
Errejón incidió en la polémica al indicar, también vía tuit, que una campaña electoral es un «buen momento» para hablar de política e Irene Montero, portavoz adjunta de Podemos en el Congreso, confirmó que «el debate seguirá», pero se mostró segura de que «no afectará al 25S». La candidata de Podemos en el País Vasco, Pili Zabala, no parecía tan convencida: «Los conozco a los dos por separado, pero voy a mantenerme al margen. Es cosa de ellos», dijo.
Detrás del «tono» y el «miedo» están las negociaciones con los socialistas
«Si realmente fuera algo serio nunca se haría a través de Twitter», advirtió Esperanza Gómez, portavoz de Podemos Andalucía sobre la polémica. Efectivamente, era más serio. Lo desveló la jefa de gabinete de la formación morada, quien reconoció en el Congreso que en Podemos se está librando una batalla no a tan largo plazo como quisieron hacer ver sus principales espadas, sino para afrontar una negociación con los socialistas para evitar las terceras elecciones. «Por un lado están los que quieren una relación de igual a igual», supuestamente Pablo Iglesias, y lo que que quieren una posición «distinta», dando a entender que son los partidarios de Errejón los que apuestan por la abstención en un hipotético gobierno del PSOE apoyado por Ciudadanos.