Luís Villares hace un último llamamiento «aos que sofren»

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

ELECCIONES 2016

Villares, con los alcaldes de A Coruña, Santiago y Ferrol, Beiras, y las líderes de EU y Podemos Galicia.
Villares, con los alcaldes de A Coruña, Santiago y Ferrol, Beiras, y las líderes de EU y Podemos Galicia. XOÁN A. SOLER

Los líderes del partido instrumental arropan al candidato de En Marea en Santiago y piden un «tsunami» democrático

24 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En Marea no ha cumplido ni dos meses como partido instrumental que recogió en una sola marca a la izquierda rupturista y mañana ya se asoma a su destino. Configurado por Podemos, Anova, Esquerda Unida y decenas de mareas municipales con el objetivo de superar al PSdeG como segunda fuerza en Galicia y liderar una alternativa al PP, construyó su discurso sobre dos pilares: la «xustiza social» y la lucha abierta contra la corrupción.

Ayer en Santiago, a los pies de la torre Berenguela, ante más de mil personas, sacó al escenario a todos sus generales sin apoyos de «suxeitos políticos» externos, o los también llamados paracaidistas. En la praza de Praterías se juntaron por primera vez los líderes de los principales partidos que diluyeron sus siglas en el proyecto, los tres alcaldes de las ciudades coruñesas y los candidatos de las cuatro provincias, que hicieron un breve carrusel de intervenciones muy sucintas para dejarle tiempo al que, están convencidos, será nuevo vecino de la residencia de Monte Pío.

Luís Villares, el líder que se subió a la ola a principios de agosto y que pidió la excedencia en la judicatura, no se apeó en estas dos semanas del Código Penal con el que quiere atajar la, a su juicio, corrupción «endémica» del PP. Fue el principal argumento con el que atacó a Feijoo en su estreno como mitinero, y en el cierre de campaña no hizo una excepción. Con la voz tomada e inspirado por su discurso en Lugo, su ciudad, el aspirante optó por una última intervención más poética, con una sobredosis de metáforas que suavizaron los duros mensajes que lanzó en campaña y con los que trató de desgastar a Núñez Feijoo.

Banderas sociales

No faltó ni una sola de las banderas sociales que En Marea ha tratado de ondear en clara disputa con otras fuerzas de la izquierda: sonó el «Nunca máis», volvió el chapapote, las tiendas de campaña del 15M, los incendios, los fallecidos por hepatitis C, «a xente do mar» y las maletas de los emigrantes. «Abonda de fatalidades», gritó un Luís Villares más inquieto de lo habitual y al que la campaña le ha quitado varios kilos de encima.

También irrumpieron en el último mitin de En Marea la Santa Compaña y los siete pecados capitales, todos concentrados en el Partido Popular, que fue su única diana durante su máster político acelerado. Ni una sola cita a sus rivales y ni un calificativo que chirriase en un acto con más carga simbólica que política. Hasta Beiras estuvo discreto para no hacer sombra.

El Camino de Santiago fue el hilo conductor del discurso de Villares, que se mostró convencido de que en Compostela, su última parada antes de que hablen las urnas, «non acaba nada. Aquí empeza todo». Horas antes, también en Santiago, había dicho que En Marea, con una semana más de campaña, «rozaría» la mayoría absoluta.