El eterno aspirante a mudarse de Valladolid a Madrid ya lo ha conseguido. Trabajo le ha costado a Juan José Lucas salir de la Presidencia de la Junta de Castilla y León para llegar a La Moncloa después de tres fracasos. El último, hace apenas un año, cuando el presidente del Gobierno, José María Aznar, un mes después de conseguir la mayoría absoluta, tampoco incluyó a Lucas en su Gabinete. El presidente castellano y leonés, que estaba en Madrid, en una comida en el Hotel Palace rodeado de los pesos pesados de la Junta y de importantes dirigentes nacionales de su partido, no podía creer que se había quedado fuera del Gobierno. Otra vez, su nombre no estaba en el cuaderno azul. Ahora, el nombramiento como ministro de la Presidencia le llega a Lucas en el mejor momento: después de diez años al frente de la Junta de Castilla y León y con el PP autonómico en proceso de descomposición después de las últimas elecciones municipales y autonómicas, donde perdió dos procuradores en las Cortes y las alcaldías de Soria, Burgos y Segovia, además de la mayoría absoluta en León. Cuando el granero del PP empieza a quebrarse, la mano de Aznar salva a Lucas. Llega, por fin, el pago a los favores de hace una década.