La Ertzaintza impide por la fuerza la protesta de los radicales en Bilbao

Joseba García BILBAO

ESPAÑA

VINCENT WEST

La marcha prohibida por Garzón, que congregó a miles de personas, se saldó con 20 heridos y 3 detenidos Agentes antidisturbios de la Ertzaintza impidieron ayer en Bilbao que se llevara a cabo la manifestación convocada por varios particulares para protestar contra la ilegalización de Batasuna

14 sep 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

. La policía autonómica vasca se empleó con contundencia para acatar la disposición del juez Baltasar Garzón, quien declaró ilegal la marcha al considerar que detrás de la convocatoria se encontraba ETA. Los agentes actuaron contra los manifestantes, entre 30 y 40.000, según la versión de los organizadores, y 5.000, según la Ertzaintza, después de que desoyeran la orden de disolverse. Los enfrentamientos se saldaron con una veintena de contusionados y tres detenidos. La marcha arrancó poco después de las cinco y media de la tarde de la plaza Aita Donosti en la capital vizcaína, encabezada por una pancarta con el lema «Gora Euskal Herria» (Viva el País Vasco) portada por los convocantes. Junto a ella, una gran ikurriña y a continuación varios miles de personas. Dirigentes aberzales Varios dirigentes de Batasuna se mezclaron entre los manifestantes, entre ellos Arnaldo Otegi, Joseba Permach, José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, Jone Goirizelaia, Jon Idígoras, y Julen Madariaga, uno de los fundadores de ETA y ahora integrado en la formación Aralar. Los primeros pasos de la manifestación fueron tranquilos, con dos helicópteros de la Ertzaintza que sobrevolaban la zona, pero sin que los agentes actuaran. A la media hora, cuando la cabeza llegó a las inmediaciones de la plaza de Zabalburu, a un kilómetro del punto de partida y en la que se encuentra la comisaría central de la Ertzaintza en Bilbao, los manifestantes se toparon con un fuerte dispositivo de seguridad. Los mandos de la policía autónoma vasca comunicaron a los convocantes que la manifestación estaba prohibida y exigieron la disolución. A partir de ese momento se abrió una negociación que concluyó sin acuerdo. Tras unos forcejeos, un centenar de agentes antidisturbios cargaron contra los manifestantes, dispararon pelotas de goma y utilizaron un camión con cañones de agua. Las actuaciones policiales se prolongaron durante 15 minutos y fueron respondidas con barricadas y lanzamientos de objetos contundentes por parte de los radicales en las calles adyacentes.