El plan de la Armada para convertir en permanente el despliegue naval activado por la toma de Perejil se conoce justo cuando el proceso de diálogo hispano-magrebí, reabierto el 22 de julio tras nueve meses de continuos enfrentamientos, ha entrado otra vez en vía muerta. Los ministros de Asuntos Exteriores de España y Marruecos, Ana Palacio y Mohamed Benaissa, deberían haberse entrevistado en Madrid el 23 de septiembre, pero este último decidió suspender el encuentro aduciendo que los espacios aéreo y marítimo de su país habían sido violados hasta 87 veces, argumentos que Moncloa calificó entonces de «excusas»; también los desmintió. A la vista de tales antecedentes, según un portavoz de la Oficina de Información Diplomática, el Gobierno estima que «no procede» invitar a Benaissa, ratificado recientemente en su cargo, a una nueva reunión. «No hay novedades al respecto. La iniciativa debe ser suya», insiste esta misma fuente. No obstante, a finales de la semana pasada, el vicepresidente primero español, Mariano Rajoy, aseguró que urge retomar cuato antes el diálogo con el jefe de la diplomacia marroquí.