Acaba de presentar en Madrid una colección de relatos y trabaja ya en su segunda película, que comenzará a rodar en enero con Jordi Vilches
30 nov 2002 . Actualizado a las 06:00 h.Óscar Aibar, barcelonés de 35 años, es un habitual de la cultura pop y underground. Acaba de presentar Tu mente extiende cheques que tu cuerpo no puede pagar (Debate), una colección de relatos ingeniosos y sorprendentes. -¿Hasta qué punto están los relatos relacionados entre sí? -El único nexo que hay es la mirada del autor. -¿De dónde surgen estas historias? -La mayoría las he construido a partir de personas que he conocido. Es como un paisaje de personas. A partir de historias reales, construyo historias que resulten amenas de leer. -A usted se le atribuyen ciertas afinidades estéticas con Santiago Segura, y de hecho fue él quien presentó su libro en Madrid. -Santiago y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo. Empezamos escribiendo cómics juntos y hemos llevado trayectorias paralelas, aunque con la gran diferencia del éxito que él ha conseguido. En cuanto a lo de la estética, no es cierto, aunque la verdad es que el rollo ése del spanish bizarro también me gusta. -Ya tiene experiencia en el cine y en la escritura. ¿Qué le divierte más? -El cine es como una gran orgía. Estás muy disperso, trabajas con mucha gente y resulta agotador. Y la escritura es un trabajo íntimo y solitario. Lo único que yo persigo es ganarme la vida. -Pero se supone que es más complicado sacar adelante una película.. -¡Pues tampoco es fácil publicar un libro en España! Cuesta mucho trabajo; luego hay que conseguir que el editor no te cambie nada... -Y entre cómics, libros, guiones y demás, ¿en qué anda metido ahora? -En enero empiezo a rodar una película. Es una historia basada en hechos reales sobre visiones de ovnis en el franquismo. Se titulará Platillos volantes. -¿Será una película de «serie B»? -Bueno, todo el cine español es un poco «serie B». Pero va por muy buen camino. Ya la han comprado todas las televisiones, y tendré como protagonistas a Jordi Vilches y Ángel de Andrés. No creo que se convierta en un fenómeno de masas como Torrente, pero sí que puede gustar.