CiU avanza hacia la ruptura de la alianza que tiene con el PP para llegar a las elecciones municipales y autonómicas libre del partido gubernamental. Por una parte, Jordi Pujol afirmó que la Constitución es «más» de los nacionalistas catalanes que de los populares. Por la otra, el portavoz de la Generalitat, Felip Puig, en declaraciones a La Vanguardia sostuvo que Aznar, «cuando habla de España», es «tan extremista» como Le Pen y Haider. Señaló que este hecho marca el momento de decir, como en la canción, «harto de estar harto, ya me cansé», si bien reconoció que «un nacionalista catalán no puede cansarse de la incomprensión española», ya que «aún no toca hablar de independencia». El presidente de la Generalitat dejó claro que el desacuerdo con el PP no tiene vuelta atrás. Rechazó la, a su juicio, patrimonialización de la Constitución que practica el PP cuando «es más nuestra que de ellos», en alusión a los dirigentes populares que «ahora dan lecciones de constitucionalismo», aunque en 1978 actuaron «con gran recelo y sin ningún entusiasmo» hacia la Carta Magna, que se aprobó aquel año con la abstención y el voto en contra de Alianza Popular en el título VIII que define la organización territorial del Estado. Pujol advirtió que CiU no reniega del papel jugado para garantizar la gobernabilidad de España, pero ahora se ha generado un «clima negativo hacia Cataluña» con «una interpretación de la Constitución» y «unas actitudes hostiles» con el nacionalismo catalán. En este clima, ratificó, CiU no participará en la conmemoración del 25 aniversario del texto constitucional porque no quiere «hacer de comparsa». Estos comentarios encontraron la réplica inmediata del Gobierno. El ministro de Ciencia y Teconología, Josep Piqué, recordó a Puig que es consejero de la Generalitat «gracias a nuestro votos», en referencia de la colaboración de los populares con CiU en el Parlamento de Cataluña que permite a los nacionalistas tener mayoría en la Cámara. Piqué recordó que su partido «lleva siete años» de acuerdo con la federación catalana y si ahora quiere romperlo, pagará «su hipocresía».