Zaplana afirma que Aznar nunca dijo que le constara que Irak tuviera armas

La Voz E. C. | MADRID

ESPAÑA

El Gobierno considera que «no tiene sentido» crear una comisión de investigación como Bush y Blair Dice que el Ejecutivo no tenía informes propios y se basó en la ONU

03 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Eduardo Zaplana aseguró ayer que Aznar no dijo nunca que le constara expresamente que Sadam Huseín poseía armas de destrucción masiva. El portavoz gubernamental dijo que «España actuó con coherencia» al apoyar la guerra porque se basó únicamente en las declaraciones y resoluciones de la ONU, que ordenó al dictador iraquí que las destruyera, y nunca en «información propia». Por tanto, consideró que «no tiene ningún sentido» que el Gobierno cree una comisión que investigue los posibles fallos de los servicios de inteligencia, a diferencia de lo que han hecho sus aliados, George W. Bush y Tony Blair. «¿Qué se va a investigar?», se preguntó. Zaplana manifestó que la existencia del arsenal prohibido en Irak «no es una invención de nadie», ya que Naciones Unidas mandó inspectores a la zona porque tenía «certeza y constancia» de que lo tenía Irak. Pese a todo, se declaró «encantado» de poder conocer en el futuro las conclusiones «de cualquier tipo» que se deriven de las investigaciones de EE.UU. y Gran Bretaña. En cualquier caso, dijo que lo importante ha sido «acabar con un régimen sanguinario, como era el de Sadam, y con un potencial peligro», lo que, en su opinión, «reportaba un beneficio evidente». Por su parte, el ministro de Defensa, Federico Trillo, confirmó la versión de Zaplana al decir que «el CNI ni tiene ni ha tenido informes propios» sobre las armas de destrucción masiva y que se basó en «las 17 resoluciones del Consejo de Seguridad» la ONU. La carga de la prueba La titular de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, afirmó que el apoyo del Gobierno a la guerra de Irak se basó en el consenso «total» de la comunidad internacional sobre la necesidad de desarmar a Sadam Huseín. «Nosotros no teníamos que demostrar la existencia de armas, que no nos inviertan la carga de la prueba. Más información, en página 21