El abogado del «talibán» español denunciará el caso ante la ONU

F. Pastor MADRID

ESPAÑA

PEDRO ARMESTRE

Javier Nart critica la «frialdad de piedra» del Gobierno durante los dos años de encierro La defensa de Hamed Abderahman acusa a EE.UU. de detención arbitraria

14 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Javier Nart, abogado defensor de Hamed Abderahman Hmido , el ciudadano español recién repatriado desde la base norteamericana de Guantánamo, señaló ayer que pedirá responsabilidades a las autoridades y funcionarios de Estados Unidos implicados en el caso por haber realizado una «detención arbitraria» contraria a los derechos humanos más básicos. El letrado prefirió ser prudente y no revelar por el momento sobre quien irá dirigida su demanda, pero aseguró que existen tribunales «muy cercanos» que deben atenderla, porque se han violado las libertades fundamentales y los derechos de un español, en un lugar en el que se sabe que existen cientos de presos más en la misma situación. Por lo pronto, Nart no quiso relacionar esa reclamación internacional con el Gobierno español, pero criticó con dureza los dos años de ignorancia de un caso como este, que sólo se ha solventado desde que el juez Baltasar Garzón solicitara la extradición del preso a EE.UU. el pasado 24 de diciembre, porque, si no, se vulneraba el acuerdo bilateral entre España y ese país, en un momento en que las relaciones entre ambos son muy buenas. Acusar de alguna responsabilidad al Gobierno español «será difícil de demostrar», señalaron fuentes jurídicas, pero el abogado cuenta con la resolución el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU que califica de «arbitraria» la detención de Hamed Abderrahamn. Existen precedentes Se cuenta, además, con la posibilidad de demandar a los funcionarios norteamericanos que detuvieron y retuvieron al preso con sus propias leyes y en sus tribunales, casos sobre los que sí existen precedentes en aquel país. En el caso español, recordó que el propio juez Garzón señalaba, en el auto que dictó el pasado viernes para el internamiento del repatriado, que la detención que había sufrido en Guantánamo quebrantaba los más elementales derechos del ordenamiento jurídico internacional, la Constitución y la legislación española. «Quiero ser prudente -señaló Nart- pero habrá personas que den con sus ilustres huesos ante un juzgado». Nart denunció «la frialdad de piedra» del Ejecutivo español, en la persona de la ministra de Exteriores, Ana Palacio, por no atender este tema a tiempo y tener durante dos años a la familia del ceutí abandonada ante una flagrante vulneración de los derechos humanos como es negarle un juicio justo al detenido. Todo ello a pesar de que las graves acusaciones de pertenencia a banda armada por su relación con el grupo Al Qaida supongan la entrada en prisión incondicional del ceutí, algo de lo que responderá ante los tribunales españoles, pero con todas las garantías legales de un Estado de derecho, que no tenía bajo la custodia de EE.UU. «Ahora se le podrá juzgar como español, con las leyes de su país y ante la Justicia con mayúsculas, no ante la violencia», aseguró Nart.