El PP reorienta su campaña

| RICARDO MARTÍN |

ESPAÑA

EL MERCADO DE LA CORTE

23 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

La irrupción de ETA en campaña ha roto la estrategia del PP, cuyo candidato promete no hablar ni del PSOE, ni de Carod, ni de la unidad de España. Es decir, el manual de campaña 2004 ha acabado en el cubo del reciclaje. Olvidando que Aznar ganó su mayoría absoluta reverdeciendo el españolismo, Rajoy afirma ahora que no conoce a nadie que deje de dormir porque se reforme o no su Estatuto. El PP quiere que el electorado recobre la calma, por eso el candidato define a su partido como el de la gente feliz y tranquila. Demasiado tarde. La llave de CIU Convergencia i Unió tendría en su mano la gobernabilidad de España si Coalición Canaria no fuera suficiente para que el PP alcanzara la mayoría absoluta. Pero CIU también sería la bisagra que necesita Rodriguez Zapatero si el PSOE ganara en número de votos el próximo 14-M. En este último supuesto, Maragall podría verse empujado a trastocar su política de alianzas en la Generalitat. Llegados a este punto, el PSOE tiene aclarar si si estaría en disposición de pactar, caso de necesitarlo, con PNV-EA y con su izquierda: IU, BNG o ERC. El carnaval del PNV El caso Fabra amenaza con colarse en la campaña con ribetes de culebrón, mientras el ínclito Trillo es vejado por dirigentes de su propio partido que le acusan de facilitar munición electoral al adversario. Nadie mejor que la ministra de Exteriores, Ana Palacio para solventar el incidente con Marruecos, tras la confesión del ministro de Defensa sobre el islote Perejil. En Bilbao, el PNV recrea su insoportable equidistancia suspendiendo el desfile de Carnaval para evitar un enfrentamiento con las peñas que controla Batasuna.