Los vecinos de Algarinejo, donde el mapa cose las provincias de Granada y Córdoba, no daban crédito al suceso que ha conmovido a esta pequeña localidad de unos 2.700 habitantes. Un hombre que responde a las iniciales J. E. C., de 83 años de edad, murió ayer en el Hospital Universitario de Granada tras ser ingresado el pasado lunes por haberse cortado las venas de las muñecas e ingerir agua fuerte. Anteriormente había dado muerte a su esposa, de su misma edad y enferma de Alzheimer, ahorcándola en su domicilio familiar. Los hechos ocurrieron sobre la siete de la mañana del lunes, cuando los hijos del matrimonio oyeron ruidos en la planta baja del domicilio familiar y al acudir encontraron a su padre sangrando, el cual confesó que había matado a su mujer. Estaba con las muñecas totalmente ensangrentadas y con fuertes dolores de estómago por haber ingerido el citado producto tóxico. Avisados los facultativos del Centro de Salud, éstos certificaron la muerte por asfixia de la mujer a la vez que ordenaron el traslado del anciano al Hospital Clínico, donde permanecía ingresado en la UCI en estado grave durante dos días, hasta que finalmente murió. El alcalde de la localidad, Juan José Fernández Arellano, afirmó que conocía bien a ambas personas ya que durante muchos años había sido su médico personal. Fernández Arellano ha comentado que nadie en el pueblo se explica lo que ha sucedido porque «él siempre estaba cuidándola a ella y la sacaba casi todos los días a pasear». Casi ciega La mujer, que atendía a las iniciales C. C. A, llevaba alrededor de diez años enferma. Varios vecinos en la localidad señalan que seguramente el hombre no ha podido soportar más el sufrimiento de su esposa, ya que además de Alzheimer estaba prácticamente ciega. La anciana fue enterrada el martes en el cementerio de la localidad y el cadáver de su marido ha sido trasladado a Instituto Anatómico Forense donde se le ha practicado la autopsia. El Juzgado de Loja, localidad a la que pertenece judicialmente Algarinejo, ha comenzado una investigación tomando declaración a los hijos del matrimonio. La consejera de la Junta de Andalucía para la Igualdad y el Bienestar Social, Micaela Navarro, ha visto indicios de violencia de género enel suceso y lo ha condenado porque «nadie puede erigirse con la autoridad moral de matar a nadie».