Primer año sin «campaña de verano» de ETA desde 1979

Alfonso Torices MADRID

ESPAÑA

Los terroristas han cometido más de 170 ataques en zonas turísticas, con siete muertos Interior advierte que la banda todavía conserva una notable capacidad de atentar

28 ago 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Millones de veraneantes españoles y visitantes extranjeros viven el primer año sin 'campaña de verano' de ETA desde hace más de un cuarto de siglo. La organización terrorista no ha ejecutado en julio y agosto ni un solo atentado en las poblaciones costeras españolas por primera vez desde 1979. Los terroristas limitaron su presencia estival a la colocación el 29 de julio pasado, con ocasión de la operación salida de vacaciones, de dos pequeñas bombas caseras en cunetas de carreteras próximas a Madrid para causar atascos de tráfico. El miedo y la impotencia ante los atentados terroristas han sido una constante en las poblaciones del litoral español, sobre todo en la costa del Mediterráneo. Hace 26 años, la desaparecida ETA Político-Militar puso en marcha una estrategia destinada no sólo a extender el terror sino también dañar al sector con más peso en la economía de España, el turismo, y a lograr una repercusión mundial para sus atentados. La estrategia, continuada sin interrupciones por ETA Militar, con la única excepción del verano de la tregua en 1999, se inició entre junio y agosto de 1979 con la colocación de 11 bombas en hoteles, aeropuertos, estaciones de trenes, playas y monumentos de Torremolinos, Benidorm y Castellón. Desde entonces, los comandos terroristas han ejecutado más de 170 atentados de todo tipo en zonas turísticas, sobre todo en Cataluña, Levante y la Costa del Sol, con el resultado de siete muertos -una niña de seis años incluida-, casi dos centenares de heridos, decenas de millones de euros en daños materiales y una alta cifra, nunca calculada, en pérdidas económicas para el sector servicios. Fuentes de Interior atribuyen el parón terrorista del verano al debilitamiento operativo de ETA, castigada en los últimos años tanto en su cúpula como en sus arsenales, cantera y comandos de reserva del sur de Francia, todo ello combinado con la actuación preventiva antiterrorista que desde julio realizan miles de policías y guardias civiles desplazados al litoral. Sin embargo, los propios especialistas de la lucha antiterrorista calcularon en mayo pasado que ETA aún mantiene una notable capacidad de atentar. Consideran que cuenta con entre uno y dos comandos con cierta capacidad operativa en el norte de España, varios comandos itinerantes, arsenales ocultos y una plantilla de unos 50 miembros liberados (a sueldo de la organización) y de unos 200 militantes legales (no fichados por la Policía). Los expertos recuerdan que la casi nula actividad de ETA viene de lejos y apenas ha sido sustituida por un repunte de los actos de violencia callejera durante las fiestas del País Vasco. Pero también apuntan otros datos, como el rumor persistente desde la primavera pasada de un posible anuncio de una tregua de ETA, y relacionan la ausencia de actividad etarra este verano con factores como los contactos informales, indirectos y discretos protagonizados por miembros del PNV, PSOE y Batasuna; el aumento de la presencia en la calle de Batasunam, o el intento del Gobierno vasco de sentar a partir del otoño en una mesa de pacificación a los partidos vascos.