Su situación procesal no varía, al estar imputada en la misma causa una diputada aforada El ex presidente del Parlamento vasco se perfila como director de la Fundación Sabino Arana
04 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.El ex presidente del Parlamento vasco Juan María Atutxa renunció ayer a su escaño como diputado por el PNV. Atutxa anunció su decisión de abandonar -sin «ningún porqué», dijo- la política activa después de 22 años salpicados de sonadas polémicas. La última, la retirada de su candidatura a presidir la Cámara de Vitoria, presionado por el bloqueo de los grupos de la oposición, que se oponían a su reelección. «Las cosas ocurren, no siempre como uno quisiera, y en este caso concreto, tras lo acontecido en los últimos tiempos, he entendido que lo mejor era presentar ya mi renuncia al escaño», explicó. El dirigente nacionalista abandona la política en vísperas del juicio al que se someterá el próximo 26 de octubre en el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco por su negativa a disolver el grupo parlamentario Sozialista Abertzaleak (antigua Batasuna) tras la sentencia del Tribunal Supremo que declaró ilegal esta formación. El ex presidente de la Cámara de Vitoria aseguró que su decisión «no tiene ninguna conexión» con la vista oral que se celebrará contra él, Kontxi Bilbao (EB) y Gorka Knorr (EA). Atutxa aclaró que, a pesar de no ser ya diputado, y, por lo tanto, aforado, su situación procesal no se verá «trastocada», ya que otra de las imputadas, la parlamentaria de EB-Ezker Batua, sí mantiene esa condición y ello implica a todos los encausados. Atutxa expresó su satisfacción por poder dimitir «de esta manera tan natural», y avanzó que «hay otras muchas responsabilidades desde las cuales se sirve también a un pueblo, al que quiero de todo corazón». Una de esas responsabilidades lo sitúa como presidente de la Fundación Sabino Arana, vinculada al PNV. «Como aberzale supondría un honor», dijo. Atutxa disfrutaba desde 1987 de una excedencia de la BBK (Caja de Ahorros de Vizcaya), entidad donde trabajó durante casi 20 años y a la que, según dijo, está «en disposición de regresar a partir de mañana». «Quieto no me voy a estar», concluyó.