GALLEGOS EN MADRID «Que te vean siete millones de personas cambia mucho tu vida»
ESPAÑA
Entrevista | Francis Lorenzo El protagonista de «Mis adorables vecinos», que estudió magisterio y psicología, afirma que sus comienzos en la profesión en la capital no fueron «muy lastimosos»
21 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.Durante un rodaje en Cuba, el también actor Nancho Novo dijo de él que era «madrileiro». No en vano Francis Lorenzo, pontevedrés de nacimiento, se considera casi hijo de una ciudad a la que le debe su consagración profesional. Porque fue en Madrid donde el inolvidable «Julito» de Médico de familia cimentó su carrera y, aunque le deba la popularidad a las series de televisión, se curtió en el teatro, en las pruebas para todo tipo de papeles interpretativos y en la gran pantalla. Pese al riesgo de que la popularidad de un personaje acabe comiéndose al actor, Francis Lorenzo sigue resistiéndose a ello con el único secreto de apostar con decisión por los cambios, aún asumiendo que tu vida se modifica cuando te ven siete millones de telespectadores. -¿Quién es Francis Lorenzo? ¿Qué le trajo a Madrid? -Nací en Pontevedra, un 24 de septiembre de 1960, y desde muy pequeño siento que lo que quiero es ser actor, pese a ser enfermizamente tímido. Hice magisterio en Pontevedra y luego me licencié en psicología en Santiago, donde comencé a estudiar teatro. Mi primera obra profesional la hice con el Centro Dramático Galego. Fue entonces cuando pacté con mis padres que si terminaba la carrera podría irme a Madrid, a intentarlo. -Y a eso vino, ¿a intentarlo en el mundo de la escena? -Sí. Afortunadamente mi hermano José Manuel ya estaba en Madrid y puso a mi disposición su casa, su coche y su dinero. Por eso mis comienzos en la capital no fueron lastimosos. He hecho unas 15.000 pruebas en mi vida, me presentaba a todo, desde anuncios hasta películas. Luego entré en el Centro Dramático Nacional, en el María Guerrero. Siempre me hacían la misma pregunta: «Tú eres gallego, ¿no?». Y yo no entendía porqué me lo decían, pero el caso es que tenía mucho acento. Por eso me metí en clases de dicción, de voz, de canto, etc. -El medio que le lanzó al estrellato fue la televisión. ¿Cómo fue el salto? -Pues haciendo pruebas y más pruebas. Lo último que hice para teatro fue en 1996. Los últimos quince años los llevo sin bajarme de la tele. No es presunción sino suerte. El caso es que estado en tres proyectos de televisión seguidos que han tenido repercusión. Y también es cierto que la televisión me sirvió para ganar estabilidad, para asentar mi vida, porque con hijos ya no me compensaba llevar el día a día tan duro que suponía compaginar la televisión y el teatro. -Habla de tres series, pero su consagración llegó con «Médico de familia». -Sí. Hice Canguros con un elenco fantástico, y de ahí a Médico de familia, porque Emilio Aragón me llamó. Ahí surge un cambio en mi vida porque comienzo a ser reconocido, comienzan a verte siete millones de personas. Eso cambia tu vida en todos los sentidos. -¿En qué medio prefiere trabajar, en el cine, en el teatro o la televisión? -Los tres son fantásticos, los tres hay que hacerlos y los tres hay que mezclarlos. Aprendes cosas distintas y te enriquecen. Pero para mí la televisión es especial, es más mi casa, porque yo me he vendido al dinero (risas). No, sinceramente creo que un actor debe moverse en los tres medios porque le enriquecerán mucho.