Los socios madrileños de Kofi Annan

Enrique Vázquez MADRID

ESPAÑA

Análisis | La cumbre

07 sep 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

El secretario general de la ONU se deshizo ayer en elogios y gratitud hacia la posición del Gobierno español en procura del diálogo en Oriente Medio e Irán, en una jornada en que Madrid era el escenario físico de la alta política internacional. El Gobierno no sólo le prestó el avión para la más larga gira de los dos mandatos de Annan (nueve días), sino que permitió la coincidencia de la presencia en Madrid del secretario general con la aprobación por las Cortes del envío del contingente militar al Líbano. También se presentó en Madrid el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional del Irán, Alí Lariyani, negociador jefe del programa nuclear iraní. Lariyani se reunió largamente con el ministro Moratinos y saludó en la Moncloa al presidente Zapatero. Y también a Felipe González, visitante de Teherán a petición de la parte iraní y que, por cierto, habló a primera hora con Kofi Annan. González y Moratinos son las únicas personalidades occidentales que han ido sin prejuicios a las cuevas del dragón, Teherán y Damasco, y disponen, por tanto, de información crucial al respecto. Todo esto sucedía mientras Israel mostraba su satisfacción por lo que entiende como un despliegue rápido de la fuerza de interposición, mientras se reunían en Berlín seis viceministros de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania para examinar qué hacer con la respuesta iraní a su oferta negociadora. La conclusión es provisional: hay movimientos vertiginosos para evitar lo peor en Oriente Medio e Irán, e incluyen una saludable y poco habitual presencia de la ONU como un actor directo e insoslayable que Madrid apoya con entusiasmo.