ETA hace estallar una bomba de baja potencia en una carretera de La Rioja

C. Calvar

ESPAÑA

El artefacto no causó víctimas ni daños materiales de importancia, pero sí atascos kilométricos

03 sep 2007 . Actualizado a las 16:04 h.

Un artefacto de muy escasa potencia -entre 200 y 400 gramos de explosivo- estalló ayer poco después de las cuatro de la tarde en una zona despoblada de la carretera N-232 a la altura de la localidad riojana de Fuenmayor, sin causar víctimas ni daños materiales de importancia. Dos llamadas anónimas en nombre de ETA alertaron de la colocación de bombas en carreteras de Guipúzcoa, Cantabria, La Rioja, Aragón, Castilla-La Mancha y Burgos en la jornada a priori más complicada de la llamada operación retorno de las vacaciones.

La explosión tuvo lugar muy cerca de la empresa Bodegas El Castillo. Fue «poco más que un petardo» que apenas dejó un agujero de 50 centímetros y levantó una nube de polvo en la zona, según fuentes de la investigación, pero obligó a cortar la carretera y causó atascos kilométricos y retrasos entre los conductores.

Las alarmas saltaron poco antes de las dos de la tarde, cuando una llamada a la asociación de ayuda en carretera DYA de San Sebastián anunció el estallido, entre las 15.00 y las 17.00 horas, de cinco artefactos en vías de La Rioja, Guipúzcoa, Cantabria y Burgos. El mensajero de ETA explicó en castellano que las bombas estaban en la N-232 a su paso por Fuenmayor; en la autopista vascoaragonesa AP-68, cerca de Armiñón (Álava); en la AP-67, cerca de la localidad cántabra de Torrelavega; en la AP-1, entre los municipios guipuzcoanos de Vergara y Mondragón, y en la A-1, cerca de Burgos. Esa llamada coincidió con otra realizada al Diario de Teruel que alertó de otros seis artefactos, algunos de ellos abandonados en Aragón y Castilla-La Mancha, que al cierre de esta crónica no habían sido hallados.

La actuación de los equipos tédax de la Guardia Civil y la Policía Nacional, acompañados de perros entrenados en el rastreo de explosivos, obligó también a interrumpir el tráfico en la autovía AP-67 entre Santander y Torrelavega, y provocó atascos entre los vehículos que cruzaban Cantabria en dirección sur, hacia Castilla y León, y norte, hacia Asturias. En ese punto, parte del trafico fue desviado por el centro urbano de Torrelavega, que se colapsó.

La Guardia Civil también tuvo que cerrar al tráfico la AP-68 y la A-1, mientras que la Ertzaintza cortó el paso de vehículos en Guipúzcoa en el tramo de la AP-1 donde los terroristas anunciaron la existencia de otra bomba.