Dos meses para rebañar votos

Manuel Campo Vidal

ESPAÑA

Con las encuestas muy ajustadas hay que conseguir votantes como sea, porque lo fundamental ya no son las propuestas ni las promesas, sino la guerra de guerrillas

13 ene 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Cuando las encuestas van tan ajustadas -más que hace una semana- hay que rebañar votos de donde sea. Lo fundamental ya no son las propuestas ni las rebajas fiscales como cebo, sino la guerra de guerrillas. Como la que ha montado el republicano Joan Tardá declarando en el Congreso que « Fraga tiene las manos manchadas de sangre».

Conocemos a Tardá lo suficiente para saber que, aunque detesta políticamente a Fraga, reconoce que prestó un gran servicio metiendo a tanta gente en la Constitución por la derecha, al igual que Carrillo por la izquierda. Pero en la cena de la Asociación de Periodistas Parlamentarios, Tardá confió en privado que ERC bajaría en estas elecciones «porque la coyuntura de hace cuatro años con Aznar metiéndose con Esquerra es irrepetible».

La idea que rumiaba, al final salió. Pensó cómo provocar al PP y dónde y eligió el Congreso. A Zaplana , que anda necesitado de protagonismo porque en las campañas electorales suelen esconderlo últimamente, le vino de perlas el exabrupto calculado del republicano para llamarlo «fascista». El arco voltaico siempre da votos. Zaplana no es Aznar, ni Tardá es Carod Rovira , pero algo es algo.

Veremos en las próximas semanas numeritos parecidos. Quedan menos de dos meses para el gran día, que deparará una gran alegría y un gran disgusto. «Estamos seguros de ganar. Lo otro es impensable», decía apasionadamente una señora de la alta sociedad y apellido de campanillas esta misma semana. A los socialistas, que respiraban tranquilos antes de Navidad, se les ve ahora más preocupados.

La economía no va bien

Entretanto, la situación económica sigue complicándose y su percepción agravándose. Son dos cosas distintas. La cosa no anda tan bien como antes, pero no hay para tanto y, si no, véanse las colas y los atascos en los centros comerciales por las rebajas.

El Gobierno, vía Instituto de Crédito Oficial, va a salir al rescate de las inmobiliarias, y se dispone a poner parches en todos los agujeros que detecte. Es su forma de hacer guerra de guerrillas.

El ex ministro Jordi Sevilla ha revelado que aconsejó a Zapatero convocar elecciones en octubre para que no le pillara todo esto de ahora. Naturalmente, el presidente no hizo caso, como casi siempre sucede con los inquilinos de Moncloa, que levitan en cuanto se asientan en la casa. Pero tenía razón.

Puestos a pasar el trago tan difícil que le puede costar el gobierno, el PSOE debería esmerarse un poco más en sus portavoces. Es verdad que Zapatero está más presidencial que nunca y que Sarkozy se ha convertido en su mejor apoyo de imagen. Pero no es suficiente. Cuando se trata de dar confianza en la perspectiva económica, no parece que recurrir al portavoz parlamentario Diego López Garrido sea lo más eficaz. Quizás Blanco debería mover el banquillo.

Solo faltaba el choque de trenes anunciado entre Gobierno y Generalitat a cuenta del túnel del AVE que debe cruzar Barcelona y el traspaso de los trenes de cercanías. Al final se ha evitado. Montilla y la vicepresidenta De la Vega , que debería ser condecorada por el «cuerpo de bomberos políticos», si existiera, lograron un acercamiento el pasado jueves.

Revuelo interno en el PP

Entretanto, en el PP se disponen a cerrar las listas con cierto revuelo interno que algunos medios magnifican. No hay para tanto. También Rajoy está más presidencial y quienes lo han combatido en estos cuatro años están más sumisos.

La posible victoria del PP (por la mínima, pero victoria) tiene a varios Gobiernos autonómicos muy preocupados, especialmente al balear. Una consejera del Gobierno Antich comentaba el viernes: «Para nosotros, la vuelta del PP a Madrid sería la peor noticia de nuestra legislatura. En esta segunda oportunidad de gobierno estamos más asentados y sería una lástima cortar ese proceso». El PP en Baleares hace un año lo perdió casi todo: Gobierno, Ayuntamiento de Palma y líder. Rajoy en Moncloa es su mejor esperanza de recuperación. Puede pasar.