Jesús Caldera propuso ayer al resto de las fuerzas políticas un gran consenso para que los más de un millón y medio de españoles que viven en el extranjero formen una circunscripción propia en el Parlamento, «para elegir a sus representantes y participar mejor con nosotros en la construcción de un país más justo y mejor». Para llevar a cabo esta medida se requiere reformar la Ley Electoral, a lo que se oponen los nacionalistas porque temen ver reducida su representación. La nueva circunscripción podría elegir a entre 10 y 15 diputados, que se repartirían los dos partidos mayoritarios.
Además, el ministro de Trabajo y coordinador del programa socialista reivindicó la «autonomía de la política» y «la laicidad del Estado». «Los socialistas no podemos aceptar la sustitución de las leyes del Estado por el catecismo», aseguró, lo que provocó la mayor ovación de los participantes, puestos en pie, en los dos días de reunión. Asimismo, señaló que el PSOE no va a tolerar que el PP aproveche la coyuntura para «lanzar una opa hostil a nuestro sistema de protección social». «Mientras los socialistas podamos, ni Pizarros ni Cañetes harán decretazos brutales», afirmó.