Carod abandona la batalla por la presidencia de ERC

X. Fernández / N. Araguas

ESPAÑA

26 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

«Creo que es la hora de la generosidad, la hora de los gestos, y yo hago el primer gesto y el primer paso». Josep Lluís Carod Rovira decidió ayer morir matando y dejó un doble recado a quien intenta moverle la silla. Anunció que no se presentará a la reelección como presidente de Esquerra en el congreso de la formación en junio, pero aprovechó para invitar al otro gran aspirante al cargo a tomar ejemplo. Primero, subrayando eso de que el suyo es el primer gesto y luego, por si quedaban dudas, con un mensaje en su blog: «Hay que promover una renovación a fondo de las estructuras del partido y de sus responsables».

«El equipo de gente que asumimos hace doce años la dirección de ERC -prosigue su reflexión en Internet- ha de dejar paso a una nueva gente que promueva una nueva cultura política». Joan Puigcercós entró en Esquerra en 1987 y en 1996 (van doce años justos) fue nombrado vicesecretario general del partido nacionalista. En el 2004 salió elegido secretario general y el pasado 10 de marzo concibió una jugada maestra: entonó el mea culpa tras los pésimos resultados del 9M y renunció a su puesto de consejero en la Generalitat para dedicarse al partido. A pocos se les escapó su intención de pugnar con Carod por la presidencia de ERC.

Desde las elecciones generales, la crisis de Esquerra se ha agigantado al tiempo que los dos popes de la formación hacían públicas sus desavenencias y emergían los bandos enfrentados. El presidente ha sido el primero en rendirse, quizá para no perder la oportunidad de volver a presentar batalla.

De hecho, ya ha anunciado que intentará encabezar nuevamente las listas de ERC en las elecciones autonómicas del 2010. «Creo que una cosa es renovar aquello que se ha visto que no funciona, y otra lo que funciona. Me siento con plenitud de energías personales, con más madurez que nunca y más ilusión que nunca», dejó ayer dicho en Catalunya Radio. Para avalar su candidatura utilizó un dato irrefutable: recordó que con él al frente la formación nacionalista ha obtenido sus «mejores resultados» electorales, un «capital» que, según dijo, debe poner al servicio del partido.

Tan popular como polémico

Repita o no en la Generalitat (donde sigue como vicepresidente), la decisión de Carod, de 55 años, supone el adiós de uno de los baluartes del partido republicano. El todavía presidente de Esquerra llevó a su formación a obtener ocho escaños (la mayor cifra de su historia) en las generales del 2004, apoyado en una forma peculiar de hacer política que lo convirtió en referente mediático.

Poco antes de esos comicios marcados por el 11-M se supo que el líder nacionalista se había reunido con representantes de ETA. Aquello lo obligó a dejar el tripartito catalán (al que volvió), pero la tele ya no le quitó ojo y de ahí, al éxito en las generales. Después vino el plantón en un acto oficial en Israel porque no estaba la bandera catalana y su intervención en Tengo una pregunta para usted , cuando reprendió a un ciudadano que le castellanizó el nombre. De cada incidente obtuvo rentabilidad política y habrá que esperar para saber si el paso atrás de ayer no oculta un salto hacia delante.