El presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, aseguró ayer que su Gobierno exigirá el cumplimiento del real decreto ley que regula el abastecimiento de agua a Barcelona y, por tanto, la anulación del minitrasvase de agua desde Tarragona si la situación de emergencia desaparece como consecuencia de las lluvias. El presidente aragonés hizo hincapié en que la ley «se tiene que cumplir en todos sus extremos» y si en un momento determinado, como consecuencia de las lluvias, la situación de alerta en Barcelona desapareciera, entonces el decreto y la ley, «que dice que se pone en marcha [el trasvase] solo si hay una situación de emergencia», «tendría que entrar en vigor», dijo.
«Las leyes se cumplen, y si no, se va a los tribunales», sentenció Iglesias, al tiempo que recordó que el real decreto ley prevé «resolver una emergencia», pero con dos condiciones: hasta que se ponga en marcha la desaladora de Barcelona y si se mantiene la situación crítica de abastecimiento a la ciudad.
El vicepresidente del Gobierno catalán, Josep Lluís Carod-Rovira, afirmó ayer que las obras de construcción de la tubería que llevará el agua del minitrasvase del Ebro desde Tarragona a Barcelona seguirán, a pesar de las últimas lluvias caídas en Cataluña. Carod-Rovira ha afirmado que la Generalitat «no se puede arriesgar ni improvisar». Además, recordó que la tubería será reversible y que, por lo tanto, «se puede dar el caso de que al final se haga la obra y se use para llevar agua al campo de Tarragona».
El primer barco con agua
El primer barco que tiene que llevar agua potable hasta el área metropolitana de Barcelona para paliar los efectos de la sequía estaba siendo cargado ayer en el puerto de Tarragona y mañana llegará al de la capital catalana. Se trata de un buque con bandera panameña, que iba a salir a las cuatro de esta madrugada cargado con 20.000 metros cúbicos de agua potable con destino al muelle de Inflamables, de Barcelona, donde se prevé que llegue a las ocho horas de hoy.