Iria Flavia recuerda al Cela senador

Manuel Beceiro

ESPAÑA

Tres presidentes del Senado y dos senadores por designación real durante la transición inauguraron una exposición en memoria del escritor parlamentario

14 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Un total de 41 enmiendas, presentó el senador por designación real Camilo José Cela al texto contitucional remitido desde el Congreso para su aprobación en el año 1978. Aunque la práctica totalidad obedecían a correciones gramaticales, finalmente tan solo dos se mantuvieron en el texto definitivo, con lo que el escritor, descontento, llegó a proponer que se redactara de nuevo. Algunas de estas intervenciones del senador pudieron escucharse ayer en la Fundación que lleva su nombre, asentada en «la feraz, mansa y civil vega de Iria Flavia», como la definió Don Camilo, en Padrón. El motivo: la inauguración de la exposición Cela, Senador , que reúne todas referencias del escritor durante la etapa constituyente, inaugurada por su viuda Marina Castaño.

Tres presidentes del Senado -Antonio Fontán Pérez, José Federico de Carvajal y Juan José Laborda- y dos senadores reales -Jaime Carvajal Urquijo y Rodolfo Martín Villa- acompañaron a Marina Castaño en esta celebración participando en un coloquio. Con tal motivo el actual presidente del Senado, Javier Rojo, envió un testimonio sumándose a la exposición y recordando que escritores como Cela, Guillermo Luca de Tena, Julián Marías, José Ortega y José Luis Sampedro, entre otros, «pusieron lo mejor de si para constituir una sociedd avanzada».

El historiador y periodista de La Voz de Galicia, Carlos Fernández, que actuó de moderador, introdujo el acto refiriéndose a «los que querían la reforma como Fraga» y «los que querían la ruptura, entre ellos Santiago Carrillo». Antonio Fontán abrió el turno de intervenciones relacionando la Constitución de La Concordia, de 1978, con el Manifiesto de Lausanne, del Conde de Barcelona, en 1945. En este sentido recordó como la Constitución de 1978, cuarenta años después, cumpliendo la función de ser «el instrumento de paz y concordia para reconciliar a los españoles» que el Manifiesto de Lausanne reclamaba. El manifiesto de Laussanne establecía que «bajo la Monarquía, reconciliación, justicia y tolerancia, caben cuantas reformas demande el interés de la nación