¿Es seguro el ocio nocturno?

Alejandro Posilio

ESPAÑA

Las últimas muertes por la supuesta lucha entre mafias que buscan el control de bares y discotecas, y la actuación de delincuentes han creado cierta alarma social en Madrid

18 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El ocio nocturno en las grandes ciudades es una selva. Y la de Madrid no se escapa a este calificativo, que implica, además de aventura y entretenimiento, riesgo e incertidumbre. Y como se ha podido comprobar en las últimas semanas, salir por las noches puede llegar a costar la vida. Si no, que se lo pregunten a los familiares del joven Álvaro Ussía, que perdieron lo que más querían a manos de un portero inhumano, y a los de Catalin Stefan Craziun y Alejandro Muñoz Rojas-Marcos, que se dejaron el último aliento en sus puestos de trabajo discotequeros por culpa, supuestamente, de un cabeza rapada aspirante a nazi llamado Carlos Monge.

Estos hechos luctuosos y otros anteriores que han estado protagonizados por porteros de discotecas, en un caso como verdugo y en otro como víctima, han creado cierta alarma social, no solo en Madrid, sino en toda España. En el primer caso, porque unos desalmados vigilantes de puertas le rompieron el corazón a un joven de 18 años. Y en el segundo, porque un aspirante a mafioso tiroteó a varios empleados que pusieron trabas a sus intenciones.

Ambos han tenido su repercusión política. Especialmente el sucedido la madrugada del pasado lunes, que ha desatado el debate sobre la existencia de grupos de delincuentes organizados que luchan por hacerse con el control de la noche para llevar a cabo impunemente sus negocios ilícitos.

Esta versión fue la que ofrecieron primeramente las informaciones policiales, pues al agresor se le incluyó en una banda denominada Los Miamis, grupo de delincuentes que surgió en los años noventa y que se extinguió tras la detención de sus principales cabecillas hace unos años. Al parecer, algunos extremistas están intentando reflotarla, y de hecho Monge, conocido como el Cuchillos, apeló a sus compañeros de tropelías para vengarse cuando salga de la cárcel.

Los rompecostillas

La pertenencia a este grupo de malhechores y los antecedentes policiales del agresor indujeron a pensar que el suceso de la discoteca Heaven se debía a una lucha por hacerse con la portería y la seguridad del local. Como, además, el portero asesinado de un tiro en el cuello pertenecía a la dirección del conocido como clan de los búlgaros o los rompecostillas, juzgados por un secuestro y a los que se acusa de otros delitos, se daban los requisitos para sospechas de una lucha de clanes mafiosos.

Incluso han llegado a aparecer conexiones entre este clan de eslavos y personas implicadas en el caso Guateque, el escándalo de las licencias urbanísticas del Ayuntamiento de Madrid, y en la operación Bloque del famoso sheriff de Coslada, Ginés Jiménez.

Pero las posteriores investigaciones policiales y declaraciones de los protagonistas han rebajado el morbo del posible enfrentamiento entre grupos de delincuentes organizados. Primero fueron las manifestaciones de Rafi Bchyhan, alias Ivo el búlgaro, considerado el cabecilla del clan, las que humanizaron a su compañero asesinado y nublaron las teorías iniciales de la guerra de mafias. También aprovechó la ocasión para involucrar a policías en el contubernio. Uno de los dueños de la Heaven rechazó también la existencia de un enfrentamiento entre bandas y acusó a Monge de delincuente habitual, indignado porque los empleados del local le habían impedido el paso al establecimiento. Esta línea argumental también fue continuada por el propio agresor, que en sus primeras declaraciones al juez afirmó que no conocía a sus víctimas y que arremetió contra ellas porque le impidieron pasar a la sala por su indumentaria.

Pero haya mafias o no, el ocio nocturno madrileño está tocado por la violencia que cada cierto tiempo lo salpica. Y esto es lo que preocupa a los que salen y a los que se quedan.