Esperanza Aguirre concentró todas las miradas en la primera jornada del foro abierto. Lejos de rebajar el tono o sentirse afectada por las protestas de sus detractores, que exigen dimisiones en sus filas, Aguirre lanzó a su consejero de Sanidad, Juan José Güemes, al ruedo para subir el diapasón de la tensión. En unas declaraciones realizadas en los pasillos, el consejero acusó al diario El País de haber creado «una gran mentira» y le exigió que pida perdón a sus lectores y al resto de los españoles.
La amenaza de Güemes contra el autor de las informaciones sobre la trama de espionaje en la Comunidad de Madrid disparó el malestar en los sectores opuestos dentro del partido. Fuentes cercanas a los espiados aseguraron que Alfredo Prada y el vicealcalde Manuel Cobo demostrarán ante los tribunales que los comentarios recogidos en los informes reflejan datos que solo se pueden saber si se les ha seguido. El ex consejero madrileño de Justicia y diputado regional Alfredo Prada expresó su deseo de que, «de manera urgente», se dilucide la responsabilidad penal que pudiera haber en la supuesta trama de espionaje. «Si se ha utilizado dinero público para fines ilícitos, estamos ante unos hechos graves», enfatizó el ex consejero de Aguirre.
Mientras los consejeros en la picota, Ignacio González y Francisco Granados, no se pasaron ni un minuto por el palacio de congresos, Cobo y Prada se pasearon por el foro durante casi toda la jornada. «El comunicado y la apertura de la investigación interna han sido para los de Aguirre una declaración de guerra», comentaba un dirigente leal a Rajoy. «Pues que se vayan preparando -le replicaba otro de la misma cuerda- porque aquí tiene que pasar algo».